México realizó importaciones de bienes por unos 11,000 millones de dólares bajo la Regla octava en 2021, de acuerdo con la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC).
Estados Unidos fue la fuente más grande de esas importaciones, con 3,300 millones de dólares.
En México, los Programas de Promoción Sectorial (Prosec) permiten a las empresas participantes de sectores específicos importar mercancías con aranceles reducidos.
Por su parte, la Regla octava (Regla 8) permite a las empresas importar mercancías que no se producen en México (o que se producen en cantidades insuficientes para satisfacer la demanda nacional) a tipos reducidos de derechos.
Estos mecanismos de reducción de derechos son aplicables independientemente de si las mercancías se exportan posteriormente o se venden en el mercado nacional mexicano.
Existe un amplio sistema de certificación para obtener una desgravación adicional del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16% y, en su caso, del Impuesto Especial de Productos y Servicios (IEPS).
Los permisos regla octava se limitan a un código HTS específico, una descripción del producto, un uso y un volumen previsto. Si se supera el volumen previsto, las empresas pueden volver a solicitar un nuevo permiso para cubrir el volumen adicional.
Regla octava
El proceso de solicitud es relativamente fácil y rápido, y en algunos casos sólo se necesitan dos días para su aprobación.
También México cuenta con varios regímenes aduaneros especiales que comparten algunas características similares con los programas estadounidenses de zonas francas y almacenes fiscales, entre ellos el recinto fiscal, el recinto fiscalizado estratégico (conocido como RFE) y el depósito fiscal.
Al igual que Estados Unidos y Canadá, México cuenta con un programa de devolución de aranceles que, con restricciones, permite a las empresas recuperar los aranceles pagados previamente al exportar mercancías que cumplan los requisitos.
Los Prosec se crearon en 2002, en respuesta a la introducción gradual de los requisitos del TLCAN, incluida la normalización arancelaria entre las tres partes y el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias de la OMC, que prohíbe las subvenciones a la exportación.
Al establecer el programa IMMEX en 2006, el gobierno mexicano citó tanto la competitividad en los mercados internacionales como sus compromisos en virtud del TLCAN.
