El presidente estadounidense, Donald Trump, retrocedió en su amago de sacar a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y confirmó que renegociará este acuerdo en forma trilateral, con México y Canadá.
La Casa Blanca informó que Trump llegó a esta determinación luego de sostener conversaciones telefónicas la tarde del miércoles con el presidente Enrique Peña Nieto y el primer ministro Justin Trudeau.
“Entrada la tarde, el presidente Donald J. Trump habló tanto con el presidente Peña Nieto de México como con el primer ministro Trudeau de Canadá. Ambas conversaciones fueron agradables y productivas”, informó la Casa Blanca en un comunicado.
“El presidente Trump acordó no terminar el TLC en este momento y los líderes pactaron proceder rápidamente, de acuerdo con sus procedimientos requeridos, a permitir la renegociación para beneficiar a los tres países”, añadió.
Por cuenta separada, la Presidencia de México dio cuenta del hecho en otro comunicado en el que informó que durante la llamada telefónica que sostuvieron Trump y el presidente Enrique Peña “ambos presidentes hablaron del objetivo compartido de buscar modernizar el TLCAN (…) y trabajar junto con Canadá para llevar a cabo una exitosa renegociación para beneficio de los tres países”.
Horas antes, la administración de Trump filtró primero la noticia de que podría firmar una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos del TLCAN, pero posteriormente dijo que la medida aún se estaba analizando.
Varios medios y analistas interpretaron el amago de Trump como una manera de presionar para que Estados Unidos obtenga concesiones de México y Canadá en la mesa de negociaciones.
Una fuente al tanto de las negociaciones dijo que el estilo de Trump es más del tipo de los grandes empresarios, donde constantemente en las mesas de negociación se trata de debilitar al adversario para luego doblegarlo. Esto, en contraste con el estilo gubernamental-diplomático de tratar de conseguir un ganar-ganar.
También estas filtraciones sucedieron un día después de que México fuera autorizado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para imponer a Estados Unidos represalias por 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido, con el etiquetado Dolphin Safe (delfín seguro), las importaciones de atún mexicano violando las normas internacionales.
Esta medida implica que México podrá aumentar aranceles a productos de Estados Unidos, lo que tiene relación con Trump en dos aspectos: el presidente estadounidense ha mostrado su interés de elevar aranceles unilateralmente contra México y ha manifestado su oposición a someterse a este tipo de medidas bajo las reglas de la OMC.
Entre tanto, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo a Reuters que México espera que la renegociación del TLCAN comience a fines de agosto y que se extienda por un periodo de seis meses. El funcionario afirmó que el cronograma de las conversaciones era ajustado, considerando que el trabajo preliminar a las negociaciones debe pasar por el Congreso de Estados Unidos y que hay elecciones previstas en ambos países en el 2018.
Ante posiciones extremas en la mesa de negociación, de tratar de imponer medidas restrictivas al comercio, Jaime Serra Puche, quien lideró las negociaciones del TLCAN por parte del gobierno mexicano en 1992 y 1993, recomendó que México se saliera de ese tratado, rigiéndose en consecuencia por las normas de la OMC.