Las exportaciones mundiales de productos agrícolas totalizaron 1 billón 412,000 millones de dólares en 2022, lo que implica un aumento de 4.9%, según datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Al plantear aspectos sobre la reforma del comercio agropecuario en materia de acceso a los mercados, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay indicaron que el comercio internacional cumple un rol fundamental en la seguridad alimentaria y nutrición.
Porque hacen que los alimentos sean más asequibles y disponibles facilitando el acceso amplio y oportuno a los productos agropecuarios, a través de la integración en las cadenas de suministro locales, regionales y globales.
En 2019, las exportaciones mundiales de productos agrícolas fueron de 1 billón 122,000 millones de dólares.
Luego pasaron de 1 billón 152,000 millones de dólares en 2020 a 1 billón 346,000 millones en 2021.
Los cuatro países sudamericanos consideran que para responder adecuadamente a los desafíos globales de inseguridad alimentaria, la OMC debe avanzar de manera decidida en todos los ámbitos de la reforma en agricultura.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), desde la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) de 1996, la definición de seguridad alimentaria adoptada establece que “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”.
Productos agrícolas
De acuerdo con datos de la FAO, alrededor de 800 millones de personas padecen hambre actualmente, a pesar de que se producen suficientes alimentos en el mundo para atender las necesidades de la totalidad de su población.
La FAO plantea, además, cuatro dimensiones primordiales para la seguridad alimentaria: la disponibilidad física de los alimentos, el acceso físico y económico a los alimentos, la utilización de los alimentos, y la estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores.
La reforma del comercio agropecuario en materia de acceso a los mercados tiene el potencial de contribuir en cada una de las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria:
- Una mayor disponibilidad física de los alimentos, al permitir que puedan ser movilizados de regiones con producción superavitaria a regiones con producción deficitaria.
- La accesibilidad económica, al aumentar la oferta disponible y aprovechar las ventajas comparativas de otros países y regiones en ciertos productos, lo que resulta en alimentos más económicos.
- La utilización, al brindar a los consumidores la posibilidad de una dieta más variada.
- Por último, la estabilidad, en especial en la medida en que se asegure un comercio abierto bajo reglas previsibles.
En su conjunto, todo esto reduciría el riesgo de escasez en los mercados domésticos y mitigaría la volatibilidad de los precios locales e internacionales, asegurando de esta forma cadenas de suministro más resilientes.