La decisión de Ford Motor Co. de cancelar el proyecto de producción de su modelo Focus en México y suplir el abastecimiento de ese auto en América del Norte con importaciones de China es sorpresivo, consideró Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics.
Ford anunció este martes que con esta medida ahorrará unos 1,000 millones de dólares y que comenzará a fabricar el Focus de próxima generación en China a partir del segundo semestre del 2019.
Joe Hinrichs, presidente de operaciones globales de Ford, dijo que los consumidores se preocupan mucho más por la calidad y el valor que por la ubicación de donde se fabrican las unidades. “Los iPhone se producen en China, por ejemplo, y la gente realmente no habla de ello”, agregó.
A principios de enero, la compañía Ford anunció la cancelación de una inversión de 1,600 millones de dólares en una nueva planta de ensamble de autos en San Luis Potosí, adonde trasladaría la producción de su auto compacto Focus, tras una fuerte presión del entonces presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Ford dijo entonces que parte de los 1,600 millones de dólares que se destinarían a la planta de San Luis Potosí serán dirigidos a la planta de Flat Rock, de Estados Unidos, y agregó que para mejorar la rentabilidad de la empresa y asegurar el éxito financiero y comercial de este vehículo, la nueva generación del Focus se fabricaría en la planta de Hermosillo, en México.
Coutiño argumentó que Trump influyó directamente en la cancelación de la planta de Ford, pero trasladó los empleos manufactureros a China, un país con el que Estados Unidos tiene su mayor déficit comercial y al cual Trump ha acusado de realizar prácticas “injustas” de comercio.
Desde la perspectiva de negocio, Coutiño dijo que la decisión de Ford también sorprende porque México y Canadá tienen ventajas competitivas en la producción del sector automotriz dirigida a la venta en América del Norte.
“Falta conocer los detalles de esta decisión; puede ser una decisión con un trasfondo político”, dijo Coutiño, en alusión a posibles acuerdos entre Trump y Xi Jinping, presidente de China, quienes se reunieron en abril en Estados Unidos.
La decisión de Ford muestra el potencial de China para exportar vehículos a Estados Unidos. La automotriz ensambla el Focus en Michigan (en forma transitoria), China y Europa. En el 2016, México fue el octavo exportador de automóviles en el mundo, en términos de valor; China fue el número 22.
“Creemos que este es un plan mucho mejor para nuestro negocio en todo el mundo. Y libera del plan original cerca de 1,000 millones de dólares de capital que podemos reinvertir en el negocio, incluyendo cosas emocionantes en las que estamos trabajando en la autonomía y la electrificación y mucho de ese trabajo se hace aquí mismo en los Estados Unidos”, dijo Hinrichs.
Entre tanto, Citibanamex difundió un análisis este martes en el que concluye que reglas de origen más restrictivas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) afectarían la competitividad del sector tanto al segmento de autos terminados como al de autopartes, al incrementar el costo de sus insumos.