México aceptó establecer un mecanismo de solución de controversias en materia laboral como parte de la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), informó Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
Estados Unidos opera 14 acuerdos de libre comercio con 20 países y en todos ellos, excepto en el TLCAN, se puede recurrir a paneles para resolver disputas en asuntos laborales.
Entre sus objetivos, el gobierno del presidente Donald Trump se fijó el de garantizar que las obligaciones laborales estén sujetas al mismo mecanismo de solución de diferencias, y establecer un medio para la participación de las partes interesadas, incluso mediante comités, así como un proceso para que el público exprese sus preocupaciones directamente con este acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.
Vigente desde 1994, el TLCAN fue el primer tratado de libre comercio en el mundo que incluyó, como acuerdos paralelos, temas que no venían vinculados hasta entonces al comercio: el ambiental y el laboral. Ambos campos no estaban sujetos al mecanismo de controversias, ni a algún tipo de sanciones.
En conferencia de prensa, Guajardo expuso que, en este tipo de nuevas disciplinas, las sanciones están vinculadas a los compromisos que cada país tiene con sus propias leyes, sin extraterritoriedad de las mismas, sino al marco legal laboral mexicano aplicado a México y a los compromisos laborales internacionales de México.
“La idea es que, en este modelo, los temas laborales sean parte del tratado, sujetos al mismo mecanismo de solución de controversias y a sanciones por caso de incumplimiento estructuralmente deficiente de nuestros propios marcos legales”, dijo.
Se busca evitar con ello, puso como ejemplo el funcionario, que a un productor se le ocurra tener un gran éxito en la exportación de un producto fresco a Estados Unidos, pero sin cumplir con esquemas fundamentales del marco laboral mexicano.
“Este mecanismo ayuda para que, so castigo de ser llevado a un panel por una violación permanente de derechos, ese productor pueda perder sus privilegios y exportar en el mercado de América del Norte”, añadió.
Desde la visión de la Secretaría de Economía, el TLCAN es un factor de certidumbre en la integración de América del Norte. Por esta razón, considera que es indispensable mantener y promover disposiciones que contribuyan a hacer más previsibles las operaciones de comercio exterior y las inversiones.
En ello, juegan un rol crucial los mecanismos de solución de controversias que, a lo largo de más de dos décadas, han probado su efectividad como un instrumento que permite hacer más predecible el comercio regional, además de incorporar los elementos más recientes de transparencia y participación de otros actores relevantes en el sector.
Uno de los objetivos de Economía consiste en modernizar los mecanismos de solución de controversias previstos en el TLCAN (inversionista-Estado, Estado-Estado, así como en materia de cuotas antidumping y compensatorias, y servicios financieros) para hacerlos más ágiles, transparentes y eficaces. En este punto, la dependencia no hizo referencia expresa a la cuestión laboral.