Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, pidió a la fracción parlamentaria del PRI en el Senado de la República, preparar un plan B para reaccionar en caso de que Estados Unidos se salga del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El funcionario expuso que, en ese escenario, los exportadores mexicanos tendrían que pagar picos arancelarios en sus ventas al mercado estadounidenses de productos como tomates, espinacas, melones y sandías, con tarifas de entre 12 y 20 por ciento.
Para el caso de las exportaciones mexicanas de camionetas y vehículos pesados, se enfrentaría a una tarifa de Nación Más Favorecida de 25 por ciento.
De no existir el TLCAN, aproximadamente la mitad de las mercancías que entran a México y a Estados Unidos pasarían las aduanas manteniendo las preferencias arancelarias del tratado, mientras que la otra mitad tendría que pagar aranceles de Nación Más Favorecida, de 3% de México a Estados Unidos, y de 4.7% de Estados Unidos a México.
En la OMC, cada nación establece topes a sus aranceles y está obligada a dar a todos la condición de NMF, expresión que parece sugerir que se trata de algún tipo de trato especial para un país determinado, pero que en realidad significa cobrar sus respectivas tarifas a la totalidad de miembros por igual.
“Nunca hemos negado que hay algunas diferencias fundamentales y esas diferencias se pueden concentrar en áreas muy claras”, dijo Guajardo durante la Reunión Plenaria del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado.
El 26 de abril, la prensa informó que el gobierno del presidente Donald Trump estaba redactando una orden ejecutiva dirigida a la retirada potencial de Estados Unidos del TLCAN entre los Estados Unidos, Canadá y México. Sin embargo, más tarde ese día, Trump anunció que había decidido no terminar el TLCAN «en este momento», sino que en cambio buscaría una renegociación del acuerdo. En las últimas dos semanas, Trump hizo amenazas similares.
“Por alguna razón la administración ahora en Washington tiene una definición económica distinta de lo que representan los déficits comerciales. Los déficits comerciales de cualquier país en el mundo, entendido por la economía ortodoxa, es el resultado de la política pública en materia fiscal y en materia de capacidad de ahorro de una población”, comentó.
El 1º de enero de 1994 entró en vigor el TLCAN entre los Estados Unidos, Canadá y México. En su marco, las partes eliminaron progresivamente los aranceles durante un periodo de transición desde esa fecha hasta el 1º de enero de 2008. Este viernes iniciará la segunda ronda de negociaciones para modernizarlo.
“Al final de cuentas, un país que tiene una política expansiva la compensa porque es financiado por el resto del mundo a través de un déficit comercial. Al no entender la economía de esa manera, y tratar de definir como objetivo eliminar déficits comerciales, estamos poniendo la carreta delante del caballo”, agregó Guajardo.
Guajardo planteó también a los legisladores que, como parte del plan B, deberían modificar las leyes locales para suplir el vació que dejaría el TLCAN en materia de protección de inversiones extranjeras.