México y Canadá no cedieron a ninguna de las principales peticiones presentadas por Estados Unidos en la mesa de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que expresamente no estaba en los planes del gobierno del presidente Donald Trump.
“Francamente estoy sorprendido y decepcionado por la resistencia al cambio de nuestros socios negociadores en ambos frentes”, dijo Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, en Arlington, Virginia.
Lighthizer cuestionó que ni México ni Canadá acepten cambios en el TLCAN que tienen el propósito preciso de reducir el déficit comercial de Estados Unidos, y criticó que ambos países tampoco otorgaron concesiones secundarias en otros asuntos, retrasando el avance de la negociación.
Flanqueado por Chrystia Freeland, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, e Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, quienes lo miraban fijamente, Lihgthizer lanzó una amenaza: “El TLCAN es, hasta cierto grado, un acuerdo de inversiones, y es poco razonable esperar que Estados Unidos continúe fomentando y garantizando a las empresas estadounidenses invertir en México y Canadá principalmente para exportar a Estados Unidos”.
Deploró también que los dos vecinos de Estados Unidos no aprobaron ciertos cambios que ya habían aceptado como parte del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), un tratado de libre comercio firmado entre 12 naciones, pero que finalmente rechazó Trump.
«Hubiera pensado que por ahora podríamos haber aprobado capítulos relacionados con el comercio digital, las telecomunicaciones, la anticorrupción y varios de los anexos sectoriales, por ejemplo», dijo, con un dejo de recriminación. Luego cuestionó que México y Canadá han disfrutado años de ventajas «injustas» que no están dispuestos a renunciar.
«No hemos visto indicios de que nuestros socios estén dispuestos a realizar cambios que puedan resultar en un reequilibrio y una reducción en estos enormes déficits comerciales», dijo.
Leyendo desde un comunicado conjunto, Lighthizer anunció que las tres partes hicieron algunos progresos durante la cuarta ronda en áreas como aduanas y comercio digital, así como «ciertos anexos sectoriales».
Manteniendo una misma línea, México y Canadá coincidieron en rechazar peticiones de Estados Unidos sobre reglas de origen automotriz medidas por país; cambios en la metodología para fijar cuotas compensatorias por dumping o subsidios en productos agrícolas; una cláusula para que el TLCAN muera automáticamente cada cinco años, a menos que las partes lo renueven, y la eliminación del Capítulo 19, el cual permite el establecimiento de un mecanismo de solución de controversias en materia de dumping y subsidios prohibidos.
En su intervención, Freeland dijo que algunas de las propuestas de Estados Unidos violarían las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y planteó que las reglas de origen en el sector automotriz sugeridas por el gobierno de Trump “interrumpirían severamente” las cadenas de suministro, harían que los fabricantes de América del Norte sean menos competitivos en relación con las importaciones de fuera de la región y pondrían en peligro decenas de miles de empleos en América del Norte.
“Somos buenos vecinos, pero necesitamos buenos mecanismos para la resolución de controversias”, dijo Freelan.
Guajardo reprobó que Estados Unidos insista en establecer una cláusula de renovación quinquenal del TLCAN, dado que esto conlleva menor certidumbre para las inversiones en América del Norte.