La generalización de mecanismos explícitos o no explícitos de apoyo a las manufacturas avanzadas y la incorporación de la cuarta revolución industrial han sido manifiestas en programas como Industrie 4.0 de Alemania, Made in China 2025 de China o los programas de modernización y automatización de las industrias de defensa en Estados Unidos.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la combinación de determinantes políticos y económicos ha generado cada vez más presión por relocalizar la producción en los países desarrollados, así como discursos de nacionalismo económico, imprevisibles hace menos de un bienio.
El avance productivo, tecnológico y geopolítico de China, así como su consolidación como la segunda economía mundial, ha fortalecido las resistencias a la globalización que ya se percibían en el menor dinamismo de las cadenas globales de producción, en parte debido a la creciente percepción de las ventajas derivadas de la localización cercana de las actividades productivas y de investigación, desarrollo e innovación.
Al mismo tiempo, si bien la importancia cada vez mayor de las plataformas digitales mundiales en la producción y el consumo de bienes y servicios reduce las barreras de entrada a terceros mercados y aumenta la competencia, también coexiste con diversos grados de apertura de las economías nacionales en materia de producción, comercio e inversión.
En un contexto de acelerada transición tecnológica y mayor preocupación por la localización nacional de la producción, la intensificación de las presiones competitivas empuja a reestructurar el universo empresarial hacia mercados más concentrados en actividades con un alto componente tecnológico, según la Cepal.
A medida que se acentúan la competencia y la presión por innovar, aumenta la inversión extranjera que busca activos de calidad (patentes y recursos humanos altamente cualificados), que se encuentran en mayor grado en la tríada conformada por Estados Unidos y las regiones avanzadas de Europa occidental y del este de Asia, donde se generan los productos y procesos productivos y se establecen los estándares que luego se masifican.
Esta tríada concentra la producción manufacturera, los esfuerzos de investigación y desarrollo tecnológico y la capacitación de recursos humanos altamente cualificados en las 500 mejores universidades del mundo.
Estas tendencias se han reforzado con el patrón de recuperación económica de Estados Unidos y la Unión Europea que se basa más en políticas monetarias y de oferta que en políticas de demanda.