México deberá reducir a 10% el tiempo mínimo total de pantalla anual dedicado a la proyección de películas nacionales, una vez que entre en vigor el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés).
Este porcentaje está por debajo del 30% que establece el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El TPP es un tratado de libre comercio que se firmó el 4 de febrero por los ministros de comercio de Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Aún falta su ratificación por los respectivos congresos.
Con el TPP, México mantendrá el tope de 49% de capital extranjero en la propiedad de las empresas de televisión que fue previamente establecido de conformidad con el TLCAN, pero deberá eliminar sus requisitos en español.
México tendrá además que enumerar las cuotas detalladas de contenido nacional para el número de canales y horarios de las emisiones de televisión y autorizaciones sobre publicidad y de proyección de cine, proporcionando una mayor especificidad a los compromisos en comparación con el lenguaje.
El TPP es un tratado de libre comercio que liberalizaría prácticamente todo el comercio entre sus integrantes, tanto de productos como de servicios, además de reducir las barreras a la inversión extranjera, las compras gubernamentales y la entrada temporal para personas de negocios.
A nivel global, el TPP ha generado un amplio análisis por incluir regulaciones sobre comercio electrónico, empresas paraestatales, protección de datos de medicamentos biológicos, uso de Internet, protección laboral y al medio ambiente, facilitación de negocios y pequeñas y medianas empresas.
El TLCAN entró en vigor en 1994, está integrado por México, Estados Unidos y Canadá y liberalizó ya el comercio de productos y de gran parte de los servicios entre ellos.
Mustapa Mohamed, ministro de Comercio Internacional e Industria de Malasia, afirmó la semana pasada que su país se prepara para la entrada en vigor del TPP, lo que prevé que ocurra a mediados de 2018, si es ratificado conforme lo estiman los respectivos gobiernos.
Varios analistas esperan que el TPP sea votado por el Congreso de Estados Unidos durante lo que se conoce como el lame-duck (pato cojo), un período entre elecciones presidenciales y de representantes en noviembre y la fecha en que los funcionarios electos asumen sus cargos a comienzos del año siguiente.
Otros consideran complicado que se vote en el lame-duck, aun cuando el voto de los legisladores no tenga así un peso inmediato en las elecciones y, por tanto, puedan votar con menor presión electoral.