México se ubicó como el mayor importador de leche descremada en polvo del mundo, con compras externas por 221,707 toneladas de enero a agosto del 2017, de acuerdo con datos de la Comisión Europea.
Ese volumen representó un incremento de 21% frente al mismo periodo de 2016, la segunda tasa con mayor dinamismo entre los 10 principales importadores globales de este producto.
Después de México, se situaron, en orden descendiente: China, Filipinas, Malasia, Rusia, Indonesia, Argelia, Tailandia, Singapur y Egipto.
La leche en polvo o leche deshidratada se obtiene mediante la deshidratación de leche pasteurizada. Este proceso se lleva a cabo en torres especiales de atomización, donde el agua que contiene la leche es evaporada, obteniendo un polvo de color marfil claro que conserva las propiedades naturales y sus nutriciones que tiene la leche normalmente. Para beberla, el polvo debe disolverse en agua.
Este producto es de gran importancia ya que, a diferencia de la leche fluida, no precisa ser conservada en frío y por lo tanto su vida útil es más prolongada. Presenta ventajas como ser de menor coste y de ser mucho más fácil de almacenar.
A pesar de poseer las propiedades de la leche natural, nunca tiene el mismo sabor de la leche fresca. Se puede encontrar en cuatro clases básicas: entera, semidesnatada, desnatada y deslactosada, así como estar enriquecida con vitaminas A y D.