El mercado general de tecnologías ambientales en México, incluidos bienes y servicios, está valorado en 15,570 millones de dólares en 2017, estimó el Departamento de Comercio estadounidense.

México destaca sobre todo en tecnologías ambientales, seguido por monitoreo y control de la contaminación atmosférica, sector de agua, y residuos y reciclaje.

En los últimos años, México ha prestado especial atención a la lucha contra la contaminación del aire y la variabilidad climática. En 2012, se convirtió en el primer país en desarrollo en aprobar una legislación climática integral.

Tres años más tarde, entre los países en desarrollo, se colocó también como el primero en publicar un plan de acción climática post-2020 en su Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC, por sus siglas en inglés) bajo el Acuerdo de París sobre Cambio Climático de diciembre de 2015.

El 21 de septiembre de 2016, México ratificó el Acuerdo de París y las INDC. Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) adoptadas son significativas, ya que México se compromete a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 22%, el carbón negro en un 51% de los niveles normales hasta 2030 e identifica el año pico de emisiones de gases de efectos invernadero en México en 2026.

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente establece que las autoridades deben implementar programas para reducir las emisiones de contaminantes del aire de fuentes bajo jurisdicción federal. Con este objetivo, el gobierno federal ha desarrollado programas de gestión para mejorar la calidad del aire, conocidos como ProAire, para revertir el deterioro de la calidad del aire en las principales ciudades mexicanas.

Los programas ProAire incorporan medidas específicas para la reducción y el control de las emisiones contaminantes. Los programas se basan en la relación entre las emisiones contaminantes específicas, sus fuentes y su impacto en la calidad del aire y la salud en las comunidades locales.