El presidente Donald Trump sólo tiene tiempo para blofear hasta el cierre de las negociaciones sobre las reglas del origen del sector automotriz, si quiere que la actual legislatura de Estados Unidos apruebe la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), opinó Luz María de la Mora, directora general de la consultoría LMM Consulting.

De la Mora consideró que todavía resta negociar alrededor de 20% de las nuevas regulaciones de ese pacto comercial, con los asuntos más controversiales y varias propuestas “absurdas” de la Administración de Trump, las cuales sólo se entenderían si forman parte, a manera de engaño, de la presión negociadora en el tema automotriz.

Argumentó que las reglas de origen automotrices son de gran importancia para Trump, porque sería a través de ellas que podría reducir el déficit comercial de Estados Unidos con sus países vecinos.

Estados Unidos registró un déficit con México de 82,093 millones de dólares en el comercio de productos del sector automotriz en 2017, el más alto que alcanzó entre todos sus socios comerciales, según el Departamento de Comercio estadounidense. La cifra abarca automóviles, autopartes, autobuses, vehículos pesados y vehículos especiales.

Las propuestas de Estados Unidos más controversiales son las reglas de origen automotrices; la cláusula del sunset, con la cual se terminaría automáticamente el acuerdo comercial cada quinquenio, a menos que los tres países acordaran antes renovarlo; reformas en la metodología para fijar cuotas compensatorias por dumping o subsidios en productos agrícolas; el valor general de envío, llamado de minimis, y los mecanismos de resolución de controversias.

De la Mora dijo que adicionalmente hay cuestiones todavía difíciles de negociar, como la propuesta del gobierno de Estados Unidos de extender la protección intelectual de los medicamentos biotecnológicos por 12 años en el TLCAN.

El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por su sigla en inglés) establece la opción de extender la protección de la propiedad intelectual de los medicamentos biológicos por cinco u ocho años, dependiendo de los procesos regulatorios internos de cada país vinculados con los trámites relacionados con el inicio de la vigencia de tal protección.

Chrystia Freeland, canciller de Canadá, defendió la decisión de dedicar tanta atención a las reglas automotrices «como exactamente la forma correcta de hacer las cosas» en las conversaciones actuales. “Es el tema que está en el corazón del TLCAN”, resaltó.