La actualización del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM) quitará los aranceles en forma inmediata a productos mexicanos como jugo de naranja, espárragos y mermeladas a ese bloque europeo.

De ser ratificado, el TLCUEM modernizado ampliará la liberalización inmediata a 86% de los productos agrícolas y pesqueros, entre ellos también cereales, jarabe de agave, barquillos, jaleas, despojos de animales, compotas, harinas de arroz y harina de centeno.

La apertura de otro 10% de los productos se hará a través de plazos de desgravación máximos de 7 años, cubriendo, entre otros, a chocolates, arroz, lactosa, atún, harinas de trigo, confitería, extractos de malta, alimentos balanceados, pastas, galletas y dextrinas.

Finalmente, otro 4% de los bienes tendrá tratamientos especiales, tales como reducciones parciales, cupos, plazos largos y exclusiones, en productos sensibles para México, como lo son los lácteos, manzanas y duraznos, entre otros.

Se espera que los negociadores de ambas partes continúen trabajando para concluir los aspectos técnicos del TLCUEM y posteriormente finalicen el texto legal, el cual deberá ser firmado por los representantes comerciales de los Estados Partes y ratificado por los Congresos tanto de México como de la Unión Europea, procedimiento con base en el cual se estima que el nuevo documento entrará en vigor hasta el año 2020, según ha señalado el subsecretario de Comercio de la Secretaría de Economía, Juan Carlos Baker

De acuerdo con el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, el TLCUEM modernizado beneficiará a líderes empresariales mexicanos y europeos. En el caso de México, las compañías agroindustriales del país serán las que obtendrán mayores beneficios, especialmente empresas como Grupo Jumex, José Cuervo, Berries Paradise y La Costeña, ya que los Estados miembros del bloque demandarán más alimentos procesados y bebidas.

México y la Unión Europea firmaron el 21 de abril un “acuerdo en principio” sobre la actualización del TLCUEM, que implica que ambas partes lograron un consenso en los temas más controversiales y que los negociadores continuarán su trabajo para abordar todas las cuestiones técnicas restantes y para producir un texto final.

Una vez concluido, el nuevo texto completo deberá ser traducido a los 16 idiomas oficiales de la Unión Europea y deberá ser firmado, lo que se espera ocurra en el primer trimestre de 2019, y ratificado, probablemente a mediados de ese mismo año.