Los negociadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) concluyeron la redacción de otros dos capítulos, para sumar nueve cerrados, informó la Secretaría de Economía, sin precisar cuáles.
Con la decisión de la nueva administración estadounidense de no ratificar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés), los tres países tienen una nueva oportunidad de modernizar el TLCAN, pero el proceso ha sido difícil debido a las inclinaciones proteccionistas del presidente Donald Trump.
El TLCAN actual tiene 22 capítulos, más siete anexos. El TPP (ahora renombrado CPTPP, con la salida de Estados Unidos) tiene 30 capítulos, seis anexos y varias docenas de acuerdos paralelos bilaterales.
Los nombres de algunos capítulos del TLCAN no coinciden exactamente con los del CPTPP, por lo que no es una comparación perfecta.
Los capítulos del CPTPP que no figuran en el TLCAN incluyen los de textiles, barreras técnicas al comercio, comercio electrónico, cooperación y la creación de capacidades, pequeñas y medianas empresas, coherencia normativa, y transparencia y lucha contra la corrupción.
Los objetivos de la renegociación de la Casa Blanca indican que quiere muchos de esos temas en el nuevo TLCAN y también enumera otras dos áreas, energía y divisas, que no figuran en el pacto actual.
Como parte del grupo de los capítulos ya renegociados en el TLCAAN 2.0 están los de Telecomunicaciones, Pymes, Competencia, Anticorrupción, Buenas prácticas regulatorias, Transparencia y Medidas sanitarias y fitosanitarias.
“En la negociación, hemos cerrado 9 capítulos y 6 anexos sectoriales”, dijo Kenneth Smith, jefe negociador técnico del TLCAN por parte del gobierno mexicano, en su cuenta de Twitter.
Entre los anexos terminados, añadió, están los de químicos, farmacéutico y dispositivos médicos.
“El último trecho requerirá de flexibilidad por parte de los 3 miembros para encontrar los balances que permitan alcanzar un cierre” dijo.
México, Estados Unidos y Canadá dividieron el nuevo texto del TLCAN en 30 capítulos, quedando pendientes los más polémicos.
La Administración del presidente Trump ha trazado como uno de sus objetivos respaldar empleos mejor remunerados en Estados Unidos y hacer crecer la economía de su país al mejorar las oportunidades bajo el TLCAN.
Debido a que el TLCAN se negoció hace 26 años, algunos capítulos están desactualizados y no reflejan los estándares modernos. Esta es una de las razones por las que el gobierno estadounidense quiere «modernizar» el tratado, actualizando las disposiciones sobre derechos de propiedad intelectual, empresas estatales, comercio digital, servicios, procedimientos aduaneros, medidas sanitarias y fitosanitarias, trabajo, medio ambiente y pequeñas y medianas empresas.
La Administración Trump ha declarado que tiene la intención de trabajar estrechamente con el Congreso estadounidense a medida que revisa los elementos del TLCAN y renegocia los cambios, cuando corresponda, de manera oportuna y con “resultados sustantivos”.
Por su parte, los funcionarios del gobierno mexicano han expresado su interés en la modernización del TLCAN, con la acotación de que las fuertes cadenas de suministro regionales mejoradas a través de ese acuerdo comercial, vigente desde 1994, no deberían verse afectadas.
El equipo negociador mexicano, en numerosas ocasiones, ha declarado que México no consideraría ninguna introducción de aranceles o cupos en el nuevo TLCAN, y que se iría de la mesa si eso ocurriera.
Los funcionarios mexicanos también han insinuado que pueden tratar de ampliar las negociaciones para incluir la cooperación bilateral o trilateral en varios temas, incluida la facilitación del comercio y la seguridad.