La depreciación del peso frente al dólar y el avance de la economía estadounidense han impulsado las exportaciones de productos de México.
De enero a abril, México exportó productos al mundo por 142,423 millones de dólares, un alza interanual de 12.6%. Las ventas externas no manufactureras dirigidas a Estados Unidos escalaron 8.2%, mientras que las enviadas a otros destinos aumentaron 24.8%, en esa misma comparación de periodos.
Las exportaciones manufactureras, tanto las dirigidas a Estados Unidos como las canalizadas al resto del mundo, continuaron exhibiendo en el primer cuatrimestre un importante dinamismo, en congruencia con el crecimiento de la actividad económica global.
“Si bien ha habido periodos de volatilidad o enfrentamos adiciones como el acero y el aluminio, hay toda una serie de operaciones comerciales que continúan caminando de manera normal”, dijo Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
“Traemos un comercio, de hecho, de manera irónica, bastante más creciente de lo que habíamos tenido antes”, agregó.
La economía mundial siguió expandiéndose de manera generalizada durante el primer trimestre de 2018. Un miembro de la Junta de Gobierno de Banxico, de acuerdo con una minuta del 17 de mayo, señaló que entre los principales soportes del crecimiento mundial destacan el aumento del comercio internacional y una recuperación de la inversión.
No obstante, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno notó que en el margen se observó una desaceleración. Señaló que esto se explica principalmente por el menor crecimiento que han presentado las economías avanzadas debido a ciertos factores transitorios, así como a condiciones climatológicas adversas. Uno consideró que el menor dinamismo también se asocia a que una fracción importante de las economías avanzadas y emergentes, transita por una parte tardía del ciclo económico.
“La principal consecuencia de la depreciación del peso frente al dólar es que hace más competitivas a las exportaciones mexicanas”, dijo Fernando Ruiz Huarte, director del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce). “El lado opuesto de la moneda es que también encarece las importaciones”.
Ruiz Huarte destacó que las ventas foráneas mexicanas se han visto beneficiadas por el fortalecimiento de la economía estadounidense. En 2017, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos creció 2.3% y aumentaría respectivamente 2.9 y 2.7% en 2018 y 2019, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Durante los primeros cuatro meses del año, las importaciones mexicanas sumaron 144,488 millones de dólares, un aumento de 12.6%, igual que el de las exportaciones. Las compras externas subieron en sus tres divisiones: bienes de consumo (14.7%), bienes intermedios (11.8%) y bienes de capital (15.9 por ciento).
El peso ha perdido poco más de 5% frente al dólar en lo que va del año, en medio de dudas sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una fortaleza del dólar y la incertidumbre política relacionada a las elecciones presidenciales de julio en México.
Baker agregó en una entrevista radiofónica que cerrar las negociaciones del TLCAN ayudará a disipar ciertas incertidumbres, al tiempo que el crecimiento de las exportaciones mexicanas no debe ser algo que “consuele” o “haga bajar la guardia”.
El tipo de cambio observó este miércoles presiones al alza en los momentos posteriores al anuncio de Reserva Federal. El peso mexicano cerró con un avance moderado, cotizando alrededor de 20.69 pesos por dólar, luego de caer en la jornada a su nivel más débil en más de 16 meses.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, consideró que si bien la Reserva Federal de Estados Unidos reiteró que los riesgos para el panorama económico parecen estar equilibrados, no se puede descartar la posibilidad de que en Estados Unidos se observen presiones inflacionarias adicionales, ante los efectos de la aplicación de los aranceles a la importación de acero y aluminio sobre varios de sus socios comerciales.