Walt Disney, Warner Brothers y Universal encabezaron la clasificación de los 10 mejores estudios cinematográficos de Estados Unidos, de acuerdo con la Comisión de Comercio Internacional de ese país.
Las posiciones subsiguientes fueron ocupadas por: 20th Century Fox, Sony/Columbia, Lionsgate, Paramount, STX Entertaiment, Focus Features y Weinstein Company.
Los estudios cinematográficos con sede en Estados Unidos continuaron liderando los mercados cinematográficos en esa nación y en el mundo durante 2017.
Los 10 mejores estudios cinematográficos estadounidenses representaron 93.4% de los ingresos de películas estadounidenses y los siete mejores estudios cinematográficos de Estados Unidos. Representaron igualmente 59% de ingresos globales de taquilla.
Incluso en la Unión Europea (UE), que tiene una industria cinematográfica bien establecida, 67% de las admisiones cinematográficas fueron para películas estadounidenses en 2016, y otro 4% para películas coproducidas entre Estados Unidos y la UE.
Las películas estadounidenses también representan una parte sustancial del mercado cinematográfico en los países en desarrollo. En estos mercados, la construcción de salas multiplex listos para digitalizar (que se adaptan a películas estadounidenses) ha incrementado el interés de los consumidores y el acceso a las películas de estadounidenses.
Dado que Estados Unidos es un mercado maduro, los productores de películas ahí dependen en gran medida de las audiencias internacionales para obtener ingresos de taquilla: en el año pasado, 59% de los ingresos de las 10 mejores películas estadounidenses provinieron de espectadores extranjeros.
En general, las películas estadounidenses tienden a obtener altos ingresos globales debido a sus grandes presupuestos, que pueden utilizarse para pagar talentos de alta calidad y materiales físicos (como utilería, efectos especiales y uso de varios lugares); producción integrada verticalmente, y la distribución.
Los estudios más grandes de Estados Unidos son responsables no solo de la producción de las películas, sino también de la financiación, las negociaciones contractuales, la publicidad y el marketing necesarios (estos costos se suelen incorporar al presupuesto total de la película).
