La apertura económica ha traído consigo ventajas considerables para la Unión Europea, y lo seguirá haciendo, dado que más de 30 millones de empleos en este bloque dependen del comercio exterior.
Además, de acuerdo con la Comisión Europea, se espera que 90% del crecimiento económico mundial en los próximos 15 años se genere fuera de Europa.
La Unión Europea es la principal economía del mundo y representa más del 20 % del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. Gracias al tamaño de su economía (14 billones de euros) y a la apertura de su mercado interior, sus exportaciones ascienden a 2 billones 415,000 millones de euros y sus importaciones, a 2 billones 188,000 millones de euros.
La Unión Europea ha desempeñado un papel central en la configuración del sistema comercial internacional, sobre todo al haber contribuido activamente a conformar la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Los nuevos agentes económicos y los avances tecnológicos han transformado profundamente la estructura y los patrones del comercio internacional. En particular, el amplio uso de las tecnologías de la información ha hecho posibles las transacciones de bienes y servicios que antes no podían comercializarse.
El comercio exterior ha crecido a pasos agigantados durante los últimos 20 años, alcanzando niveles sin precedentes. En la actualidad, la economía mundial está extremadamente integrada y las cadenas internacionales de suministro han sustituido en gran medida al comercio tradicional de productos acabados.
A lo largo de los años, la Unión Europea ha pasado, de forma progresiva, de fabricar productos con un alto coeficiente de mano de obra y bajo valor a especializarse en bienes de marca de mayor valor.
Dada su economía abierta, el comercio es esencial para la Unión Europea. Para superar los obstáculos al comercio y ofrecer una igualdad de condiciones a sus empresas, está negociando varios acuerdos de libre comercio (ALC). La Unión Europea es, además, uno de los fundadores y un actor fundamental de la OMC.