La legislación estadounidense permite que la administración del presidente Donald Trump pueda presentar a consideración del Congreso la aprobación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) sólo entre Estados Unidos y México, desde la perspectiva de la Casa Blanca.

Para que el nuevo pacto comercial pase por el Congreso estadounidense a través de la Autoridad de Promoción Comercial (TPA, en inglés, o fast track), el presidente Trump envió una carta de intenciones detallada a las dos comisiones pertinentes de ambas cámaras legislativas y se consultó ahí el contenido de la misma con ellas durante 90 días.

“En la opinión del Gobierno de Estados Unidos, como lo ha transmitido, es que sí puede, es que se pude hacer (esto)”, dijo el martes Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, en una entrevista televisiva.

“Eso es lo que opina, lo que nos ha transmitido el gobierno. Es la interpretación de ellos, de su propia Ley”, añadió.

El permiso de la TPA se da a cambio de que la Casa Blanca entregue una lista de objetivos clara, que tiene que ser aprobada por los congresistas, y que cuando se negocie no se excedan estos límites ni se incluyan nuevos sin previa notificación.

La TPA para un TLC trilateral

“Ahora, para nosotros el acuerdo debe de ser trilateral y eso es en lo que estamos trabajando”, destacó Videgaray.

Estados Unidos y Canadá iniciaron este martes las negociaciones en Washington, DC, para terminar de renegociar el TLCAN. Algunos analistas han interpretado que Canadá tendrá una posición defensiva, dado el acuerdo Estados Unidos-México.

“Vamos a dedicarle ahora también largas horas a la negociación con Canadá, que se reincorpora ya el día de hoy (martes) y la instrucción muy clara del presidente Enrique Peña Nieto es que éste sea (…) un acuerdo trilateral”, dijo Videgaray.

Peña Nieto tuvo una “larga” llamada con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, el domingo por la noche. EL TLC de tres fue un tema estratégico.

La TPA otorga al ejecutivo estadounidense la facultad de llevar a cabo negociaciones comerciales, y presentar los acuerdos firmados al Congreso, para que éste los ratifique o desapruebe, sin modificar su contenido. Sin ella, las posibilidades de éxito de cualquier negociación disminuyen ya que la administración en curso no puede garantizar la aprobación de los resultados de la negociación por el legislativo en sus términos.