México registró 1,492 siniestros en trenes en 2017, de los cuales 527 casos fueron descarrilamientos, de acuerdo con datos de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario.

Como parte de las acciones para reducir esa tendencia, el gobierno federal programa publicar un proyecto de Norma Oficial Mexicana (NOM) que, según su propia estimación, traerá una reducción de accidentes de 14 por ciento.

Se trata de las Reglas de seguridad e inspecciones periódicas a los diversos sistemas que constituyen el equipo tractivo ferroviario diésel-eléctrico, las cuales ha puesto a consulta pública.

Además esa NOM pretende evitar riesgos al medio ambiente por derramamiento de productos químicos y pérdidas que pueden ascender a más de 300 millones de pesos y retrocesos en la cotización en la Bolsa de Valores, como fue el caso del reciente descarrilamiento de un tren propiedad de Grupo México en Veracruz.

Según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la NOM presenta un rezago de casi dos décadas sin actualizarse y ha sido superada por la realidad del Sistema Ferroviario Mexicano y en función de ello deben hacerse algunas adecuaciones.

El Sistema ferroviario ha crecido tanto en el número de locomotoras, fuerza de trabajo y carga transportada, por lo que al regular la seguridad operativa previene daños materiales y humanos en un sistema en franco crecimiento que requiere requisitos mínimos de seguridad para evitar dichos daños con sus correspondientes perdidas monetarias.

Impulso de trenes

La locomotora es el elemento primordial de lo del material rodante que está formado por: la locomotora en sí, los carros, los coches y la maquinaria necesaria para el mantenimiento de la vía.

Ante todo, las locomotoras se clasifican en tres grupos según su fuente de energía: mediante vapor (actualmente descontinuadas), diésel y electricidad.

La locomotora es la generadora de tracción. Dado que es la que permite el movimiento del ferrocarril, se debe de observar especial cuidado en las condiciones de sus componentes y el funcionamiento de estos.

En efecto, al regular las actividades y trabajos de inspección y de mantenimiento de los sistemas constitutivos del equipo tractivo se impacta directamente en la seguridad operativa de los trenes.

Según cifras de la Federal Railroad Administration (FRA), de 1893 accidentes ferroviarios en el año pasado, 65% correspondió a descarrilamientos, de los cuales 172  se causaron directamente por fallas en el equipo.

Por otro lado, un informe del Archivo General de la Nación de Argentina concluye que el deficiente mantenimiento en del material rodante es responsable del 55% de los descarrilamientos ocurridos entre 2008 y 2009.