El acumulado de Inversión Extranjera Directa (IED) china en América Latina y el Caribe alcanzó más de 200,000 millones de dólares en 2017, según las cifras de la República Popular China que se citan en un informe de Brookings de 2018.
Ante todo, estas cifras incluyen flujos a territorios con grandes sectores financieros offshore y no pueden reflejar los destinos finales de la IED.
Según un informe del Consejo Atlántico de 2017, la IED de China en América Latina se centró tradicionalmente en el sector extractivo, pero ahora más de la mitad de su inversión se destina a sectores de servicios como transporte, finanzas, electricidad, tecnología de la información, las comunicaciones y la energía alternativa.
Por otro lado, los bancos chinos (China Development Bank y China Export-Import Bank) se han convertido en los prestamistas más grandes de América Latina. Los préstamos acumulados han superado los 140,000 millones de dólares (2005-2018).
Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina son los principales receptores de esos préstamos.
Para Venezuela y Ecuador, gran parte del financiamiento ha sido otorgado a través de acuerdos de préstamos para el petróleo.
IED y financiamiento
En los últimos años, los bancos de China proporcionaron a la región más financiamiento del que proporcionaron el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto.
De acuerdo con un análisis del Congreso estadounidense, una cantidad significativa de los préstamos ha sido para proyectos de infraestructura, así como para proyectos de petróleo, gas y minería.
Generalmente, estos préstamos tienen términos menos estrictos, no imponen condiciones políticas y tienen pautas ambientales menos rigurosas en comparación con los préstamos de las principales instituciones financieras internacionales.
Según el Diálogo Interamericano, las compañías y bancos chinos han mostrado interés en unos 150 proyectos de infraestructura de transporte en la región desde 2002, con aproximadamente la mitad en alguna fase de construcción.
En suma, la República Popular China ha aumentado su compromiso con América Latina y el Caribe durante los últimos 20 años.