La empresa canadiense Bombardier duplicó sus ingresos en México, al pasar de 70 a 141 millones de dólares.
El volumen total de pedidos en el mercado norteamericano aumentó en comparación con el año pasado.
En 2018, el mayor volumen de mercado de Bombardier para pedidos de material rodante se debió principalmente a las soluciones de movilidad urbana para el Metro y los vehículos ligeros del sector ferroviario (LRV, por su sigla en inglés) en Estados Unidos y Canadá.
Ingresos, propiedad, planta y equipo de Bombardier
Específicamente, Bombardier dijo que obtuvo importantes contratos de señalización y servicios en toda la región con los proyectos más importantes adjudicados para los contratos de Metro en Canadá y para los Transportes Automatizados de Personas (APM, por su sigla en inglés) para los aeropuertos de Estados Unidos.
Según la empresa, en los próximos años se prevé un fuerte volumen de pedidos en América del Norte.
Por un lado, en Canadá, anticipa oportunidades para trenes de cercanías y regionales junto con contratos de servicios a largo plazo.
Por el otro, el tránsito urbano será el principal impulsor del volumen de pedidos en México, y se espera que se emitan grandes licitaciones para monorriel, junto con acuerdos de servicios a largo plazo.
Finalmente, en Estados Unidos, espera oportunidades en todos los segmentos, en especial para los trenes de Metro y de cercanías y regionales. Además, prevé pedidos grandes para trenes de muy alta velocidad y para locomotoras.
Asimismo, pronostica muchas oportunidades de servicios y señalización grandes y medianas en todos los segmentos en América del Norte.
Bombardier no hizo referencias específicas para México en cuanto a los otros segmentos de negocio que maneja.
Contexto del sector
La industria ferroviaria ha sido históricamente resistente durante las crisis económicas. Sin embargo, las condiciones económicas y financieras desafiantes en áreas específicas pueden tener un impacto negativo en algunos operadores ferroviarios.
A medida que los clientes lidian con las presiones y la disciplina presupuestarias e incluso con las medidas de austeridad, puede resultar en que los proyectos se reduzcan en tamaño, se pospongan o incluso se cancelen.