El Senado de Brasil concluyó este miércoles una larga sesión de aproximadamente 20 horas para procesar la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
Ahora el caso pasará a la Corte Suprema, que será la instancia encargada de dirigir el trámite, el cual concluiría en una sesión que podría durar de tres a cinco días, iniciando el 25 de agosto.
El Senado de Brasil aprobó alrededor de las 02:00 horas (tiempo local) el juicio político contra Rousseff, suspendida temporalmente este año, por la supuesta manipulación de cuentas públicas en 2014 y 2015.
Los senadores tuvieron cada uno un tiempo máximo de 10 minutos para hablar y discutir un informe que recomienda la destitución de la mandataria. Por 59 votos a favor y 21 en contra, se aprobó la acusación contra la mandataria.
El juicio podría llevar a la destitución permanente de la Mandataria, dejando a Michel Temer, vicepresidente, en el cargo.
Esta es la tercera y última etapa del proceso de destitución de Rousseff, quien fue suspendida temporalmente el 12 de mayo de este año.
A finales de este mes se llevará a cabo la última sesión, en la cual, si dos tercios del Senado brasileño votan a favor, Rousseff quedaría fuera del cargo de manera permanente.
La Mandataria ha señalado que este juicio es un intento de la Oposición por frenar las investigaciones de corrupción de la Operación Lava Jato, así como un golpe por parte de Temer contra su Administración.