México se ubicó en 2018 entre los 10 mercados aéreos más dinámicos del mundo, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por su sigla en inglés).
El transporte aéreo en el mercado doméstico mexicano presentó un crecimiento de 12% interanual en el año pasado.
Otros mercados dinámicos fueron los de China, Estados Unidos, India, Indonesia, Rusia, España, Japón, Brasil e Irán.
Principales mercados en crecimiento del mundo
(Fuente: IATA)
Según la IATA, las aerolíneas del mundo brindaron a alrededor de 4,000 millones de pasajeros la libertad de viajar a través de una red global de unas 22,000 rutas en 2018.
El costo promedio de este transporte fue la mitad que hace dos décadas. Y desde 2010, la huella de carbono por pasajero se ha reducido en un 2.8% anual.
También el año pasado, las aerolíneas permitieron la libertad de hacer negocios a nivel mundial al transportar 64 millones de toneladas de carga a los mercados de todo el mundo.
Mercados aéreos y resultados financieros
Esta actividad apoyó un tercio del comercio mundial en valor, generó 65 millones de empleos y sostuvo 2,700 billones de dólares de PIB.
Asimismo, en 2018, las aerolíneas del mundo obtuvieron una ganancia neta colectiva de 30,000 millones de dólares. Los ingresos de la industria superaron los 812,000 millones de dólares y se generó un rendimiento del 8% sobre el capital invertido.
En cada año desde 2010, la industria de las aerolíneas obtuvo un beneficio agregado.
Y desde 2015 esa ganancia ha excedido el costo promedio de capital. Si bien algunas aerolíneas continúan enfrentando desafíos financieros, esta racha de rentabilidad de nueve años a nivel de la industria marca un cambio importante del ciclo financiero histórico del auge y caída del sector.
La nueva capacidad de recuperación financiera de la industria le permite hacer frente a los cambios en el entorno operativo sin caer en crisis. No obstante, la IATA espera que las ganancias se reduzcan en 2019 como resultado de la volatilidad de los precios del petróleo, el aumento de los costos de mano de obra e infraestructura, los impuestos cada vez mayores y la disminución de la demanda.
