Los problemas que rodean la iniciativa “Hecho en China 2025” se han vuelto sintomáticos de una tendencia en la que Estados Unidos y China se consideran entre sí como un rival tecnológico.
Ya ello contribuye al creciente sentimiento de una rivalidad más general entre ambas potencias.
Según un análisis del Parlamento de la Unión Europea, se espera que esto marca el siglo XXI de la misma manera que la rivalidad entre los Estados Unidos y la Unión Soviética marcó la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX.
La Academia China de Ingeniería, un influyente comité asesor del Consejo de Estado, publicó la Hoja de ruta del área clave de la tecnología en el programa “Made in China 2025” en octubre de 2015, donde describe los objetivos de localización para sectores estratégicos.
Este programa tiene como otras de sus metas que las compañías chinas suban de 50 a 90% la participación en el mercado doméstico de instrumentos médicos avanzados; de 50 a 70% en el de productos tecnológicos para autos inteligentes, y de 50 a 80% en el de componentes para robots.
Poder de China
La discusión sobre las implicaciones geopolíticas del ascenso y poder de China se ha enmarcado, en particular, en un artículo publicado por G. Allison en 2015, en el que el profesor Allison analiza si es probable que Estados Unidos y China escapen de la trampa de Tucídides, definida como los “peligros acompañantes cuando un poder creciente rivaliza con un poder gobernante, ya que Atenas desafió a Esparta en la antigua Grecia”.
Subraya en particular el «estrés estructural inexorable causado por un cambio rápido en el equilibrio de poder entre dos rivales», e incluso enfatiza en otro lugar que «nunca antes en la historia una nación ha aumentado tanto, tan rápido, en tantas dimensiones de poder (como China)”.
Objetivos del gobierno chino
Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Made in China 2025 “tiene como objetivo aprovechar el poder del Estado para alterar la dinámica competitiva en los mercados globales en industrias fundamentales para la competitividad económica”.
El plan apoya 10 sectores: vehículos de nueva energía, tecnología de la información (TI) de última generación, biotecnología, materiales nuevos, industria aeroespacial, ingeniería oceánica y naves de alta tecnología, ferrocarriles, robótica, equipos de potencia y maquinaria agrícola.
Desde 2014, el gobierno central chino ha anunciado al menos 250,700 millones de dólares (RMB 1.7 billones) en fondos estatales para apoyar el desarrollo de estos sectores estratégicos y la adquisición de tecnología y experiencia extranjeras
Las iniciativas Made in China 2025 e «Internet Plus» pretenden capitalizar el surgimiento de la tecnología digital integrada y la automatización para ayudar a la transición de la economía del país a un mayor valor agregó en la manufactura y los servicios, y estimular la creación de “campeones nacionales” en las industrias emergentes.
