México exportó 55,674 toneladas de miel al mundo en 2018, lo que representó un récord, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
De hecho, México se colocó en la cuarta posición a nivel mundial entre los mayores exportadores de miel, superado por China, Argentina e India.
En cuanto a su valor, las ventas externas mexicanas de miel sumaron 120 millones de dólares en 2018.
Del total de exportaciones de México en 2018, a Estados Unidos se dirigieron 22,962 toneladas, seguido por otros mercados de destino: Alemania (18,847 toneladas), Reino Unido (4,802), Arabia Saudita (3,596), Suiza (1,337), Bélgica (1,265), Holanda (633) y Japón (489).
La miel y la agricultura
La apicultura desempeña un papel clave en el desarrollo sostenible de las zonas rurales, de acuerdo con el gobierno de Brasil.
En términos generales, la actividad genera empleo y proporciona un servicio importante al ecosistema debido a la polinización, lo que a su vez contribuye a mejorar la biodiversidad y la seguridad alimentaria mundial.
Los estudios realizados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) han demostrado que aumentar la densidad y la diversidad de los insectos polinizadores tiene un impacto directo en los rendimientos de los cultivos y, por lo tanto, puede contribuir a que los pequeños agricultores aumenten su productividad promedio general hasta en un 24 por ciento.
Por lo tanto, el sector también es esencial para toda la agricultura.
Grandes beneficios
La miel es utilizada desde hace miles de años en todo el mundo, ya sea como saborizante de brebajes, alimento o medicamento. Su composición es variable, sin embargo su principal componente son carbohidratos en la forma de monosacáridos como la fructosa y la glucosa, así como disacáridos tales como maltosa, isomaltosa, maltulosa, sucrosa, turanosa y nigerosa. Estos ingredientes son los responsables del intenso dulzor de la miel.
Además contiene oligosacáridos como la anderosa y la panosa; enzimas como la amilasa, peróxido oxidasas, catalasa y fosforilasa ácida; aminoácidos, vitaminas B y C, niacina, ácido fólico, minerales como hierro y zinc, y antioxidantes.
