México importó 881 millones de litros de turbosina en la primera mitad de 2016, un alza interanual de 39.2%, reforzando una tendencia creciente de compras externas de este producto desde 2011, informó la Secretaría de Economía.

En todo 2015, las importaciones mexicanas de este hidrocarburo sumaron 1,421 millones de litros, un aumento de 113% a tasa anual.

“Un factor que ha influido en esta tendencia es que el sistema nacional de refinación arrastra problemas claros de modernización y mantenimiento”, dijo Arturo Carranza, consultor de políticas públicas del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), al diario El Economista.

Petróleos Mexicanos (Pemex) nunca ha operado como una empresa paraestatal con autonomía en el manejo de sus finanzas. En México, los ingresos del sector público derivados de los hidrocarburos han superado 30% desde 2003.

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), para garantizar ingresos estables de este orden, el gobierno mexicano ha diseñado un sistema en el que Pemex tiene que pagar tasas altas de impuestos: un total de 20 impuestos, contribuciones y derechos a la hacienda pública. Estos gravámenes representan casi 60% de sus ingresos.

Medidas en valor, las importaciones mexicanas de turbosina fueron por 294 millones de dólares de enero a junio del año en curso, una baja de 7.4% interanual.

Datos de Pemex muestran que la venta de turbosina fue de 70.8 miles de barriles diarios en 2015, una cantidad 6.5% superior a la de 2014, debido al incremento en el número de pasajeros nacionales y extranjeros, tanto de itinerario regular como de temporada, y mayor conectividad, así como resultado de nuevas rutas aéreas.

En contrapunto, la producción nacional de turbosina fue de 47.8 miles de barriles diarios en 2015, una baja de 10.5%, a tasa anual.

El Programa Nacional de Infraestructura (PNI) de la presente administración reconoce el rezago de México en materia de refinación, así como el hecho de que el sistema de almacenamiento, transporte y distribución de combustibles se está volviendo obsoleto en muchas partes del país.

Carranza agregó que los problemas de mantenimiento que han tenido las refinerías de Tula, Minatitlán y Cadereyta han afectado la producción interna de petrolíferos, incluida la turbosina.

En relación con los mercados de gasolinas (entre ellas la turbosina) y diésel, el régimen transitorio de la Ley de Hidrocarburos ordena que los precios de venta al público de estos combustibles estarán determinados bajo condiciones de libre mercado a partir del 1 de enero de 2018.

En agosto, Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, dijo que Pemex negocia con al menos tres grupos empresariales la construcción de refinerías en México para incrementar la producción de gasolinas.

A pesar de que México se ubica entre los grandes exportadores petroleros a nivel mundial, es un importador neto de productos refinados del petróleo, porque no tiene suficiente capacidad de refinación para satisfacer su demanda interna, ni se ha hecho las nuevas inversiones necesarias para procesar crudos pesados como el Maya.

México cuenta con seis refinerías con una capacidad total de 1.54 millones de barriles por día, pero en los últimos años ha operado por debajo de su capacidad debido a contratiempos operativos.