La Organización Mundial de Comercio (OMC) prevé la elección de un Director General interino, una vez que Roberto Azevêdo, quien actualmente ocupa ese cargo, se vaya el 31 de agosto.
La OMC pasa por un periodo crucial en el que puede debilitarse aún más como institución o puede llevar a cabo una reforma que no sólo le permita una mayor viabilidad, sino que también impulse la alicaída economía mundial a través del crecimiento de los flujos del comercio de productos y servicios.
En general, lograr una reforma en la OMC es complejo, dado que se requiere el consenso de sus 164 miembros, con una amplia diversidad de intereses. Por ello, esta serie de cambios se equiparan con el movimiento de un gran buque, en el que virar toma su tiempo, lo que para el caso de esta organización equivale a años.
A mediados de mayo, Azevêdo anunció su renuncia como Director General, la que se hará efectiva el 31 de agosto de 2020.
Actualmente, uno de los tres pilares primordiales en que se basa la OMC no está funcionando del todo: el sistema de solución de diferencias, con la inoperancia del Órgano de Apelación. Los otros dos son, por una parte, la administración de los acuerdos derivados de la Ronda Uruguay, y por otra, la negociación de nuevas disciplinas y reducción de aranceles y otras barreras al comercio.
En la elección para ocupar el cargo de Director General participan el mexicano Jesús Seade, el británico Liam Fox, el saudita Mohammad Maziad Al-Tuwaijri, la keniana Amina C. Mohamed, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, el egipcio Abdel-Hamid Mamdouh, el moldavo Tudor Ulianovschi y la surcoreana Yoo Myung-hee.
OMC
La Organización está dirigida por los gobiernos de sus Miembros. Todas las decisiones importantes son adoptadas por la totalidad de los Miembros, ya sea por sus Ministros (que se reúnen por lo menos una vez cada dos años) o por sus embajadores o delegados (que se reúnen regularmente en Ginebra).