Los gobiernos de México y Estados Unidos analizaron la posibilidad de políticas coordinadas sobre mezclas de gasolina con etanol.
Este miércoles, la Representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai; el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Víctor Villalobos, y la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, sostuvieron una reunión en la Ciudad de México sobre el primer aniversario del T-MEC.
“Los tres funcionarios discutieron los posibles beneficios mutuos de alinear la política de México y los Estados Unidos sobre las mezclas de gasolina con etanol”, dijo la USTR en un comunicado.
En relación con ello, la producción anual de etanol de maíz en Estados Unidos se ha multiplicado por 10 desde 2000, con una producción nacional ahora de 16,000 millones de galones y el etanol representa casi 40% de la producción nacional de maíz, según datos del USDA, a 2019.
Al mismo tiempo, en términos porcentuales, la producción de biodiésel de Estados Unidos (principalmente a partir de aceite de soja) se ha multiplicado por 200 durante ese período y ahora se sitúa en 1,700 millones de galones anuales.
Hay muchos más ejemplos de beneficios económicos directos que las empresas agrícolas y forestales obtienen de la expansión de los mercados de productos de energía renovable (incluidos los combustibles para el transporte, la electricidad y el calor) y sus materias primas.
Gasolina con etanol
Mientras que la producción de etanol de maíz y biodiésel reduce la dependencia estadounidense de productos petrolíferos importados en miles de millones de galones por año, el uso de recursos renovables para la producción de energía puede aumentar la capacidad de recuperación de las empresas agrícolas frente a cortes de energía en la red.
Asimismo, de conformidad con un informe del USDA, las tecnologías de energía renovable pueden mejorar el medio ambiente en comparación con las tecnologías de energía convencionales.
Estudios recientes han evaluado las emisiones de GEI del ciclo de vida del etanol de maíz en casi 40% menos que las emisiones del ciclo de vida de la gasolina.
Entre las tecnologías eléctricas, la energía solar, la eólica y la biomasa producida de manera sostenible sustituyen las fuentes de emisión cero de GEI por la producción de electricidad convencional que depende en gran medida de los combustibles fósiles en gran parte de Estados Unidos.
Contrapunto
También existen posibles impactos ambientales y de uso de la tierra negativos asociados con el crecimiento de la energía renovable.
Por ejemplo, la expansión de la producción de materias primas bioenergéticas, como el maíz para etanol y la soja para biodiésel, puede conducir a la conversión de pastos y pastizales en tierras de cultivo gestionadas activamente.
Hacerlo puede afectar negativamente la calidad del suelo, la calidad del agua, la disponibilidad de agua y los patrones de uso de la tierra en algunas regiones.
Entre las tecnologías eléctricas, los impactos negativos pueden incluir grandes cantidades de consumo de agua durante el funcionamiento de los sistemas de generación de energía de biomasa, aumento de la mortalidad de aves y murciélagos y patrones de migración interrumpidos de las turbinas eólicas, conversión de tierras para la agricultura y otros usos para albergar sistemas fotovoltaicos a escala de servicios públicos y la introducción de materiales peligrosos en el medio ambiente si los paneles fotovoltaicos y las baterías no se eliminan o reciclan con cuidado.
En cada caso, existen prácticas de mitigación que pueden seguirse para reducir o eliminar los efectos ambientales o de uso de la tierra negativos que de otro modo podrían acompañar al crecimiento futuro de estas tecnologías de energía renovable.