La Administración del presidente Joe Biden aún no ha comentado públicamente sobre el cumplimiento del acuerdo Fase Uno por parte de China desde que expiró, ni ha descrito cómo se pueden gestionar las futuras negociaciones económicas y comerciales bilaterales, destaca la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China (USCC, por su sigla en inglés).
El acuerdo de Fase Uno se pactó el 13 de diciembre de 2019 y se firmó el 15 de enero de 2020.
Según este acuerdo, Estados Unidos podría optar por aplicar nuevos aranceles o restablecer los que se redujeron como parte del acuerdo para obligar a realizar compras adicionales a China o tomar medidas adicionales sobre cuestiones estructurales, como la transferencia forzada de tecnología.
En particular, Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, ha reconocido que el acuerdo de la Fase Uno “no abordó de manera significativa las preocupaciones fundamentales que (Estados Unidos) tiene con las prácticas comerciales de China”, pero también observa que el acuerdo servirá como la “arquitectura” de la relación económica bilateral en el futuro.
Acuerdo Fase Uno
Según un análisis del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por su sigla en inglés), este acuerdo fue un “fracaso”, pero la administración Biden no tuvo la culpa, ya que China nunca estuvo en camino de cumplir con sus compromisos de compra.
A fines de junio de 2020, las compras de China representaban sólo 54% del objetivo; alcanzaron 59% del compromiso de fin de año para 2020.
China nunca pudo ponerse al día, ya que el acuerdo se retrasó, con compromisos de compra adicionales para 2021 que fueron más de 60% más altos que en 2020.
Al final, China dejó de importar 200,000 millones de dólares adicionales en compras desde Estados Unidos que había prometido en el acuerdo Fase Uno.
Para el PIIE, además del objetivo poco realista de 200,000 millones de dólares, 18 meses de escalada arancelaria de la guerra comercial diseñada para desvincular las dos economías significaron que los exportadores de bienes de Estados Unidos comenzaron desde un agujero.
Primero tendrían que restablecer las conexiones con los compradores chinos para salir del mínimo de 2019 (13,600 millones menos que el nivel de referencia del acuerdo de 2017) antes de reducir los 200,000 millones adicionales.
China terminó no comprando nada de esos 200.000 millones de dólares adicionales de exportaciones estadounidenses que había prometido comprar. (En Davos, solo una semana después de su firma, Trump se jactó de que el acuerdo “podría estar más cerca de los 300 000 millones de dólares cuando finalice”).