La economía dual de Corea del Sur sigue caracterizándose por grandes diferencias de productividad entre las manufacturas y los servicios, entre las grandes y las pequeñas empresas y entre los trabajadores fijos y no fijos, de acuerdo con un informe de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Todo ello contribuye al lento crecimiento de la productividad en ese país.
Como punto de comparación, la productividad de Corea del Sur es la mitad que la de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y, debido a las largas jornadas laborales, Corea del Sur es el país que más mano de obra emplea de toda la OCDE.
En 2017, el crecimiento de la productividad total de los factores se mantuvo en torno a 65% de la de los Estados Unidos.
A pesar del dinamismo de las tecnologías digitales, la productividad de la economía coreana está muy por debajo del promedio de la OCDE, lo que refleja diversas características estructurales.
Como en muchos países de la OCDE, la mayoría de los puestos de trabajo creados en las nuevas Pymes se asocian a actividades de baja productividad (como el comercio, el transporte, el alojamiento y la restauración); en los sectores de productividad más elevada (como el sector manufacturero), las Pymes representan un porcentaje elevado de las empresas y del empleo, pero son menos productivas que las grandes empresas.
Esta diferencia en la productividad, que se observa en todos los países de la OCDE, es sustancialmente mayor en Corea del Sur.
Algunos indicadores macroeconómicos, 2016-2020
Productividad
El sector manufacturero desempeña un papel importante en la economía surcoreana y está orientado a la exportación (27.2% del PIB en 2020, 91.4% de las exportaciones totales de mercancías en 2020).
Corea del Sur es uno de los núcleos principales de las redes de producción manufacturera internacionales.
El sector sigue dominado por los grandes conglomerados, y la diferencia de productividad laboral entre las grandes empresas y las Pymes es amplia.
En 2018, el índice de desigualdad de Corea era de 0.345 (0.355 en 2016). El índice de Gini compara los porcentajes acumulados de la población con los porcentajes acumulados de los ingresos que reciben, y oscila entre 0 (que representa la igualdad perfecta) y 1 (desigualdad perfecta).
La desigualdad de ingresos es relativamente elevada debido a la dispersión salarial, a una escasa redistribución de la renta y a un mercado de trabajo dual (trabajadores fijos y no fijos) que se explica en parte por las importantes diferencias de productividad que existen entre las grandes empresas y las Pymes, y entre la industria y los servicios, lo cual se traduce en fuertes desigualdades salariales.
La redistribución mediante impuestos y prestaciones es más limitada que en la mayoría de los demás países de la OCDE. En 2018, la brecha de pobreza era de 0.342 (0.351 en 2016).