México amagó con salirse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) si no obtiene ganancias con la renegociación propuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Este tratado tiene que llegar con una estrategia en donde todos ganen. Es imposible venderlo aquí en casa, si no hay claros beneficios para México”, dijo este martes Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, en una entrevista con la cadena Televisa.
“No habría otra opción (que una salida) ¿Ir por algo que sea menos de lo que tenemos? No tiene sentido quedarnos”, añadió.
Las declaraciones de Guajardo se dieron en la víspera de que él y Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, se entrevisten con funcionarios del gobierno de Trump como Reince Priebus, jefe del gabinete de la Casa Blanca; Peter Navarro, jefe del Consejo Comercial Nacional, y Jared Kushner, yerno de Trump y consejero superior, en Washington, D. C.
El lunes, ambos funcionarios mexicanos sostuvieron una reunión con dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Cámara Americana de Comercio (AmCham), en la que discutieron cómo pudiera enfocarse la relocalización industrial.
“Cómo en América del Norte podemos jalar ramas industriales que se habían perdido a través del tiempo para fortalecer la economía interna y la integración en la región”, refirió Guajardo, quien acotó que obviamente la ruta para lograr ello no es a través de los aranceles o impuestos fronterizos planteados por Trump.
“Abrir la caja arancelaria para nosotros sería una muy mala idea, y éste es uno de los planteamientos que llevamos a este proceso de diálogo” con los funcionarios estadounidenses, dijo.
Hace un par de semanas, Jaime Serra Puche, quien encabezó las negociaciones de ese acuerdo por parte del gobierno mexicano, afirmó que el peor escenario con la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos sería ceder a un “comercio administrado”, a través de medidas como fijar cupos.
Serra adujo que el comercio administrado sería “fatal” por tres razones: “Una, porque terminaría siendo la incertidumbre eterna; dos, porque habría un problema de corrupción gravísimo, y tres, porque distorsionaría precios relativos”.
Luego ponderó que este escenario sería peor frente a la alternativa de que Estados Unidos se saliera del TLCAN, con lo cual las aduanas estadounidenses aplicarían un arancel promedio de 2.8% a las importaciones de productos mexicanos, que es lo que le permite la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El lunes, uno de los objetivos fijados por el presidente Enrique Peña nieto para la negociación fue: “Preservar el libre comercio entre Canadá, Estado Unidos y México. Los intercambios comerciales entre los tres países deben estar exentos de cualquier arancel o cuota, como ha ocurrido desde 2008.”