Las inversiones para plantas de chips se han disparado en varias partes del mundo, entre ellas Estados Unidos, China, la Unión Europea (UE) y Japón.
Antes que nada, la propuesta de ley europea sobre chips, presentada por la Comisión Europea en febrero de 2022, pretende movilizar 43,000 millones de euros en “inversiones impulsadas por políticas” para el sector de los semiconductores de la Unión Europea de aquí a 2030.
La Comisión Europea espera que la inversión privada a largo plazo supere esta cifra.
En general, la industria de los semiconductores se caracteriza por la rápida evolución de la tecnología, que a menudo provoca la obsolescencia de las tecnologías de proceso y los productos.
El plan de la Comisión Europea sirve para permitir la coordinación inmediata de la Unión Europea contra las interrupciones del suministro, reforzar y ampliar la producción y la innovación en toda la cadena de valor de los semiconductores de la UE, y seguir mejorando el liderazgo tecnológico, las aplicaciones prácticas y la soberanía digital de la Unión en este ámbito crucial, destaca un análisis del Parlamento Europeo.
Ahora bien, la actuación de la UE en materia de chips tendrá que competir o encontrar sinergias con las estrategias de inversión existentes en Estados Unidos y Asia oriental.
Por ejemplo, Estados Unidos y Japón han anunciado planes de inversión por valor de 52,000 millones de dólares y 6,800 millones de dólares, respectivamente, para atraer a los fabricantes de chips avanzados, incluida la taiwanesa TSMC, para que construyan instalaciones de producción.
Plantas de chips
Según se informa en el mismo análisis, China está proporcionando 97,000 millones de dólares en fondos nacionales y regionales para el periodo 2014-2024, y Corea del Sur ha introducido exenciones del 6-10% y otras medidas, en un esfuerzo por atraer otros 225,000 millones de dólares y 450,000 millones de dólares en inversiones chinas y coreanas durante un periodo de 10 años.
Los gigantes taiwaneses del chip están ampliando sus activos en el extranjero y están construyendo instalaciones de producción en Estados Unidos y Japón. Europa podría ser la siguiente.
Se han mantenido conversaciones preliminares con funcionarios alemanes tras la intención expresada por TSMC y el ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán de establecer una fundición allí y participar en la cooperación de semiconductores en Europa.
En Europa se produce menos del 10% de la producción mundial de semiconductores, que se limita a los chips más grandes (de 22 nanómetros o más). Sólo dos empresas del este de Asia, TSMC en Taiwán y Samsung en Corea del Sur, son capaces de fabricar chips de vanguardia (de 2 a 7 nanómetros), mientras que el equipo necesario para esa producción se fabrica únicamente en Europa, por ASML en los Países Bajos.
La cuota actual del 10% de la UE en los ingresos mundiales por chips se ha reducido desde el 20% de los años noventa.