Los precios internacionales de las materias primas registraron un comportamiento mixto, con episodios de volatilidad, durante el segundo trimestre de 2022, refirió el Banco de México (Banxico).

Para empezar, los precios del petróleo registraron una tendencia al alza desde abril hasta mediados de junio, debido a factores que limitaron la oferta, tales como las sanciones impuestas a las exportaciones del petróleo ruso, las dificultades técnicas que han enfrentado varios miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores (OPEP+) para alcanzar sus objetivos de producción y las disrupciones temporales a las exportaciones de petróleo de Libia y Noruega a causa de factores internos.

Al mismo tiempo, la demanda se vio impulsada por el levantamiento paulatino de algunas restricciones de Covid-19 en China y la mayor demanda de combustible en Estados Unidos.

Posteriormente, las cotizaciones del crudo disminuyeron, reflejando, principalmente, las expectativas de un menor crecimiento mundial para este año y sus implicaciones para la demanda de energía. Los contratos de futuros sugieren que el precio del crudo disminuirá moderadamente durante 2022, pero se mantendrá en niveles elevados.

Precios internacionales

En cuanto al gas natural, los precios de referencia para el mercado europeo aumentaron a partir de la segunda mitad de junio ante las interrupciones del flujo a Europa proveniente de Rusia y nuevamente a finales de agosto ante el anuncio del cierre temporal del gasoducto Nord Stream 1.

En Estados Unidos, si bien los precios del gas natural exhibieron una disminución temporal en la segunda mitad de junio, estos registraron una tendencia al alza durante la mayor parte del periodo.

Ello en un entorno de mayor demanda de calefacción en marzo y abril y de aire acondicionado en julio y agosto, así como por mayores exportaciones hacia Europa.

Los contratos de futuros reflejan la expectativa de que los precios se mantendrán en niveles elevados por el resto del año en ambos mercados, especialmente en el europeo.

En paralelo, las cotizaciones de la mayoría de los metales industriales mostraron una marcada tendencia a la baja a causa, primordialmente, de una menor demanda derivada de cierres intermitentes en la producción en China y las preocupaciones sobre una desaceleración de la actividad económica mundial.

A finales de julio e inicios de agosto, los precios revirtieron parcialmente dicha tendencia a la baja ante perspectivas de una producción más baja de estos metales y el riesgo de las afectaciones que pudieran sufrir algunos productores industriales de estos en Europa a causa de una crisis energética.