El transporte marítimo a nivel mundial crecerá previsiblemente menos en 2022, sólo 1.4%, en comparación con 2021, cuando registró un alza de 1.4%, a tasa anuales, proyectó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Para 2022, la UNCTAD prevé que el crecimiento del comercio marítimo se modere y que para el periodo 2023-2027 se expanda a una media anual del 2.1%, un ritmo más lento que la media de las tres décadas anteriores, de 3.3 por ciento.
Durante muchos años, el segmento que más creció fue el del comercio en contenedores, para el que la UNCTAD prevé un tibio crecimiento de 1.2% en 2022, antes de repuntar ligeramente hasta 1.9% en 2023.
En su informe Examen del transporte marítimo 2022, este organismo internacional expone que la desaceleración prevista es consecuencia no sólo de los cierres inducidos por la pandemia, sino también de los fuertes vientos en contra macroeconómicos combinados con el debilitamiento de la economía china.
Además, ante el aumento de la inflación y del coste de la vida, los consumidores están gastando menos y, en cierta medida, cambiando el gasto de bienes a servicios.
Transporte marítimo
Para 2022, el panorama operativo sigue siendo complejo. A nivel mundial, la inflación y el coste de la vida están aumentando.
En China, que es el mayor exportador del mundo, una política de cero Covid desencadenó paros y perturbó la fabricación, la logística y las cadenas de suministro.
Al mismo tiempo, en Ucrania, uno de los principales exportadores de alimentos, se cerraron los puertos del Mar Negro desde el comienzo de la guerra.
Las acciones industriales y las huelgas laborales en varios puertos del mundo, como en Alemania, República de Corea, Sudáfrica y Reino Unido, también han afectado al transporte marítimo.
Entre tanto, una serie de fenómenos meteorológicos extremos, con, por ejemplo, inundaciones, huracanes y olas de calor en Australia, Brasil, Pakistán, África Oriental, Europa y Estados Unidos, también están teniendo un impacto.
Todos estos problemas suponen más problemas para las cadenas de suministro y la logística mundiales, y para el comercio marítimo.
En el cuarto trimestre de 2022, las previsiones de crecimiento económico mundial se revisaron a la baja, con el temor de que la economía mundial pudiera entrar en recesión y estanflación.