Las cifras de la balanza de pagos miden el flujo relativo de bienes, servicios y capital que entra y sale del país, representado en la balanza corriente y la balanza de capital.
Por otro lado, la balanza corriente hace un seguimiento del comercio de bienes y servicios de un país y de los pagos de transferencias, y mide si un país vive dentro de los límites de sus ingresos procedentes del comercio y las inversiones.
Finalmente, la balanza de capital abarca todas las transacciones que implican la transferencia de capital dentro y fuera del país, incluidos los préstamos y las inversiones.
Así, la balanza global representa la suma de las balanzas corriente y de capital.
Balanza de pagos
Un superávit de la balanza global indica una entrada neta de divisas, lo que aumenta la demanda y refuerza la moneda local.
Por el contrario, un saldo deficitario indica una salida neta de divisas, lo que reduce la demanda y debilita la moneda local.
La cuenta financiera refleja el saldo global.
Si el saldo global es positivo, el superávit, que representa el ahorro de la nación, financia el déficit global de los socios comerciales del país.
Por consiguiente, la cuenta financiera indicará salidas de efectivo iguales al superávit global. Si, por el contrario, el saldo global es negativo, el país tiene un déficit internacional que debe financiar.
De ese modo, la cuenta financiera indicará entradas de efectivo iguales al déficit global.