El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) y el Departamento de Justicia de Estados Unidos han perseguido casos de importaciones ilegales de miel adulterada o fraudulenta.
En particular, la FDA ha incautado importaciones de miel en respuesta a pruebas que indican que algunos productos contenían sustancias químicas no autorizadas y antibióticos u otros productos químicos agrícolas, lo que ha activado alertas de importación de la FDA.
De acuerdo con un análisis del Congreso estadounidense, la miel es un producto alimentario con informes documentados de fraude alimentario, adulteración y marcas falsas.
Como señala la FDA, algunas empresas diluyen intencionadamente la miel mezclándola con “edulcorantes más baratos, como jarabe de maíz, jarabe de arroz, jarabe de remolacha azucarera o azúcar de caña”, lo que reduce su coste de producción, y luego comercializan y venden ese producto a los consumidores como miel pura a precios más altos.
La producción de miel en Estados Unidos ha disminuido constantemente, mientras que las importaciones han aumentado bruscamente.
En el próximo proyecto de ley agrícola (Farm Bill), el Congreso estadounidense podría abordar las preocupaciones planteadas por los productores de miel de Estados Unidos acerca de la adulteración, el etiquetado incorrecto y el etiquetado fraudulento tanto de la miel producida en el país como de la importada.
Algunos grupos de productores afirman que estas preocupaciones podrían abordarse a través de normas reguladoras de lo que constituye la miel, un mejor etiquetado del país de origen, y la aplicación de fraude intencional y adulteración de las importaciones de miel en violación de las aduanas de Estados Unidos y las leyes comerciales.
Miel adulterada
Las importaciones de miel de “origen geográfico no auténtico” siguen preocupando a los productores estadounidenses.
Además, según el mismo análisis, en la mayoría de los casos, se trata de miel procedente de China que se transborda a través de otro país asiático y se vende falsamente como miel de ese segundo país, normalmente para evitar los derechos de aduana y aranceles más elevados que se impondrían a la miel china.
Entre las preocupaciones conexas figura la necesidad de proteger a los productores de miel estadounidenses de las prácticas comerciales desleales combatiendo el incumplimiento de los derechos antidumping y compensatorios en el caso de algunas importaciones de miel.
Las directrices de la FDA sobre el etiquetado de la miel no abordan directamente los requisitos del país de origen para la miel importada.
Por último, la Federación Americana de Apicultura afirma que el etiquetado actual del país de origen de la miel es confuso y engañoso, y pretenden «trabajar con la FDA para establecer… normas obligatorias y precisas sobre el etiquetado del país de origen» de la miel.