La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) describió el desarrollo de la energía solar fotovoltaica en México y China en un informe publicado este jueves.
En el caso de México, para crear demanda local de energía solar fotovoltaica, el gobierno llevó a cabo una subasta nacional, a través de la cual se adjudicaron contratos a los adjudicatarios, o acuerdos de compra de energía que garantizaban el precio por unidad de electricidad generada.
En el enfoque mexicano, estas subastas de energía limpia son tecnológicamente neutras, lo que significa que compiten todas las fuentes de energía limpia.
La competencia se basa en el precio ofertado y está impulsada por la competencia de costos del libre mercado, sin ningún objetivo explícito de desarrollar una industria nacional de energías renovables.
Este diseño de la subasta atrajo a grandes promotores extranjeros y a empresas especializadas en energías renovables integradas verticalmente, pero ofreció un margen limitado para el desarrollo de capacidades nacionales en toda la cadena de valor.
Energía solar fotovoltaica
La crisis financiera de 2008 supuso un duro golpe para las exportaciones fotovoltaicas de China al extranjero.
Después de eso, el Estado trató de transformar la demanda y la oferta locales de su sector fotovoltaico.
Con el apoyo de las políticas nacionales, la industria fotovoltaica promovió la cooperación en toda la cadena de valor e intensificó la innovación tecnológica.
En 2013, dos empresas líderes acordaron adquirir mutuamente sus productos. Yingli acordó comprar materiales de silicio y obleas a GCL-Poly Energy, mientras que GCL-Poly Energy adquirió componentes y módulos de Yingli para construir estaciones solares fotovoltaicas.
Luego, cinco empresas estatales colaboraron en la captación de inversiones, la gestión de proyectos, la construcción integrada, la I+D, la formación, el mantenimiento del hardware y el establecimiento de las normas.
Con el apoyo del Banco Central, la asociación industrial obtuvo ventajas colectivas a nivel mundial a lo largo de toda la cadena de valor.
Electricidad
En la zona de Talatan, en el condado de Gonghe, al noroeste de China, gracias al Programa de Concesión de Centrales Solares Fotovoltaicas a Gran Escala, rebaños de ovejas corretean por el «bosque» azul de paneles solares fotovoltaicos y pastan en el prado de abajo.
Los paneles solares no sólo recogen la luz del sol, sino que aportan agua al suelo subyacente gracias al lavado mensual, produciendo forraje de calidad para la ganadería.
Mientras tanto, Qiejuntai, un aldeano del condado de Gonghe, vive ahora tanto de la industria solar como de la ganadería, obteniendo unos ingresos de más de 10,000 euros al año.
Según China Global Television Network, a finales de 2020, 100,000 aldeas de toda China habían instalado centrales fotovoltaicas, generando 18.65 millones de KW de electricidad y aportando unos ingresos anuales de unos 27,000 euros a cada aldea.