Las armadoras automotrices se manejan bajo circunstancias que rebasan en cierta medida las políticas implementadas por el presidente estadounidense Donald Trump, coincidieron especialistas en los campos empresarial, diplomático y de análisis.
Nobuzo Jun Umemura, vicepresidente de Toyota América, dijo que la planta que se construirá en México para producir autos Corolla en Guanajuato se planeó desde hace 10 años y su lugar y proyección no serán cambiados por las políticas de Trump.
Umemura expuso que una planta automotriz dura por lo menos 30 años y que la nueva fábrica de Toyota comenzará a producir 200,000 unidades anuales a partir de julio del 2019, atrayendo en el mismo clúster a siete compañías automotrices que darán empleo a 1,500 personas. La planta propiciará la llegada de 20 nuevos proveedores en el país, que generarán casi 10,000 empleos.
“Esto va a sobrepasar la administración de Estados Unidos”, dijo Umemura, en referencia a los planes de largo plazo de Toyota en México.
En noviembre del 2016, Toyota colocó la primera piedra de su planta de ensamble de autos Corolla en Apaseo el Grande, Guanajuato, donde confirmó su programa para invertir cerca de 1,000 millones de dólares en ese proyecto. En enero pasado, ratificó esos planes, al tiempo que anunció un programa para invertir 10,000 millones de dólares en Estados Unidos en los próximos cinco años.
Estas decisiones se produjeron luego de que, al comenzar el 2017, el entonces presidente electo estadounidense, Donald Trump, amenazó a Toyota de imponer un impuesto a las importaciones estadounidenses de autos Corolla producidos por la empresa japonesa en México, si ésta construía su planta en Guanajuato.
En ese entonces, la Secretaría de Economía dijo que México tenía el interés de fomentar la competitividad de América del Norte y hacer de ella el área geográfica más atractiva para la inversión y el desarrollo de procesos productivos.
Desde la perspectiva del gobierno mexicano, las inversiones que se hacen en México, Estados Unidos y Canadá benefician a los tres países, en virtud de la integración de las cadenas productivas.
En un evento organizado por Oxford Business Group en la ciudad de México, Umemura añadió que México importa autopartes y autos producidos en Estados Unidos, en las plantas de Indiana, Texas, Kentucky y Mississippi, y destacó la integración entre los dos países.
Para Akira Yamada, embajador de Japón En México, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte conllevará un ganar-ganar entre México, Estados Unidos y Canadá.
“Los puntos fuertes (ventajas productivas de México) no van a cambiar independientemente de lo que pase en Estados Unidos”, dijo Yamada.
A su vez, Jaime Serra Puche, presidente de SAI Consultores, destacó que las armadoras automotrices hacen sus pedidos de autopartes con un periodo de anticipación de alrededor de cuatro años. Ello implica que, durante el gobierno de Trump, la proveeduría de partes automotrices no sería modificada en gran medida.
En Estados Unidos, Toyota planea comenzar a construir los nuevos sedanes Camry en Kentucky para el final del año. La nueva inversión se utilizará para la producción de nuevos modelos de automóviles, incluido el Camry, así como para aumentar la productividad en las plantas.
La empresa ha invertido 21,900 millones de dólares en Estados Unidos y cuenta con 10 fábricas, 1,500 concesionarias y 136,000 empleados en ese país.