El chocolate negro es un alimento funcional y un superalimento, debido a su alto contenido en flavanoles, antioxidantes y minerales como el magnesio, el zinc, el hierro y el cobre.
En segundo lugar, fortificar el chocolate con nutracéuticos activos crea una experiencia placentera y especialmente eficaz: las grasas saludables naturales del chocolate actúan como un portador para mejorar la digestión y la biodisponibilidad de los otros ingredientes.
Por ello, The Functional Chocolate Company considera que el chocolate es la base perfecta para mejorar con sus exclusivas fórmulas nutracéuticas.
Además, y quizás lo más importante, el chocolate rico y sabroso ofrece una entrega placentera de los ingredientes clave, lo que hace más probable que el suplemento se consuma con regularidad, lo que puede ser un reto con píldoras, tinturas o cápsulas menos apetecibles.
Según Fortune Business Insights, se prevé que el mercado mundial de alimentos y bebidas funcionales crezca de 281,140 millones de dólares en 2021 a 529,660 millones de dólares en 2028, con una tasa de crecimiento anual compuesto de 9.5 por ciento.
Aunque estas estadísticas representan una enorme oportunidad, no logran captar la verdadera amplitud de oportunidades que pueden abordar los alimentos funcionales, afirma The Functional Chocolate Company.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, la ansiedad es actualmente el mayor problema de salud mental en todo el mundo.
Del mismo modo, los problemas de sueño afectan a 80% de los estadounidenses, 73% de las mujeres no están abordando los síntomas de la menopausia y más de 55% de las personas tienen problemas de dolor, todos los cuales pueden abordarse mediante enfoques funcionales.
Chocolate negro
Los clientes buscan cada vez más nuevas formas de resolver estos problemas comunes.
En el sector de los productos naturales se habla a menudo de la “fatiga de las pastillas”: los consumidores no quieren seguir acumulando pastillas, cápsulas y polvos para satisfacer sus necesidades diarias de salud.
En la actual coyuntura económica, los consumidores buscan cada vez más productos que les ofrezcan la mejor relación calidad-precio por sus dólares y calorías.
Combinar chocolate de origen ético con mezclas eficaces de nutracéuticos es precisamente eso.
¿Qué son los alimentos funcionales? ¿Y por qué apasionan tanto?
La Academia de Nutrición y Dietética explica los alimentos funcionales como “alimentos enteros junto con alimentos fortificados, enriquecidos o mejorados que tienen un efecto potencialmente beneficioso para la salud cuando se consumen como parte de una dieta variada de forma regular a niveles eficaces basados en estándares de evidencia significativos”.
Resulta que el término alimentos funcionales es bastante amplio y engloba tanto los alimentos que simplemente tienen un efecto positivo sobre la salud como los “alimentos fortificados” que incluyen ingredientes adicionales para mejorar la salud, como vitaminas, minerales, probióticos o nutracéuticos.
El zumo de naranja enriquecido con calcio es uno de los alimentos funcionales “originales” que muchos de nosotros conocemos y adoramos.
Hoy en día, los alimentos funcionales van desde los nootrópicos hasta las patatas fritas, pasando por el café adaptogénico y muchos otros productos intermedios.
