México captó 572 millones de dólares en exploración minera en 2022 y la Cámara Minera de México (Camimex) proyecta que estos capitales descenderán 4.8% en 2023, a 544.4 millones.

La fase de exploración es fundamental para identificar los recursos mineros económicamente aprovechables y dar continuidad a la industria minera, y con ello mantener en el futuro inmediato de cadenas de valor autosuficientes, economías locales y regionales, generación de empleo y mejora de los niveles de vida de las poblaciones que de ella dependen.

Estas actividades de exploración se desarrollan por las empresas con capital privado y requieren tecnología de punta, así como varios años para llevarse a cabo, por lo que son necesarios grandes montos de inversión.

Desde la perspectiva de la Camimex, limitar el desarrollo de la exploración minera es comprometer el futuro de la industria y con ello el abastecimiento de materias primas a más de 70 industrias del aparato productivo nacional, la generación de 3 millones de empleos, entre directos e indirectos, la calidad de vida de las comunidades mineras y la generación de riqueza a través de inversión, salarios dignos y aportaciones fiscales.

La Camimex opina que será un gran reto dar viabilidad al desarrollo de nuevos proyectos, por lo que el trabajo conjunto con las autoridades gubernamentales en el marco de la nueva legislación minera será de importancia clave, ya que existe un riesgo muy elevado de que la dinámica del desarrollo de nuevos proyectos sea afectada de forma significativa.

En años recientes, la inversión en exploración ha estado impactada por falta de incentivos para la misma en México, por lo que registró una tendencia decreciente.

Exploración minera

Recientemente se aprobó una reforma a la Ley Minera y otras disposiciones, que, entre otros cambios, modificó el esquema y el tiempo de las concesiones mineras, a partir de la cual ahora tendrán una duración de 30 años, con una prórroga de 25 años.

Al concluir este periodo, las empresas mineras podrán volver a participar en la licitación del mismo lote minero, con preferencia para la determinación del fallo, si se iguala la propuesta más alta, por un periodo improrrogable de 25 años más, dando un total máximo de 80 años.

El otorgamiento de nuevas concesiones, bajo el nuevo esquema que marca la ley, es necesario para continuar desarrollando una industria responsable, garantizar el abastecimiento y el bienestar de las futuras generaciones y que los yacimientos minerales de México sigan contribuyendo con el crecimiento de México.

Sin embargo, en la realidad, un proyecto minero requiere de largos periodos de maduración, que pueden abarcar de 10 a 20 años, para que puedan desarrollarse actividades de exploración y que el otorgamiento de una concesión no garantiza que se convertirá en una mina, pues, de cada 1,000 indicios de mineralización, 100 pasan a una etapa de exploración, sólo 10 a una etapa de exploración avanzada, y uno se convierte en mina, según la Camimex.