Si al primer minuto de este viernes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no detiene su orden programada de subir aranceles a productos chinos importados por un valor de 34,000 millones de dólares, comenzará una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
China advirtió que incrementará, a su vez, aranceles equivalentes en forma inmediata contra Estados Unidos, si Trump no cambia de parecer.
La agencia aduanera de China comunicó este jueves que los derechos de importación sobre los bienes estadounidenses entrarán en vigencia en automático después de que empiecen a estar vigentes los de Estados Unidos.
«Si Estados Unidos implementa sus aranceles, estará agregando tarifas a compañías de todos los países, incluidas las chinas y estadounidenses», declaró, el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng.
El 15 de junio, el presidente Trump cumplió con las amenazas anteriores e impuso aranceles sobre hasta 50,000 millones de dólares en importaciones chinas que comenzarán el 6 de julio, a lo que China respondió que aprobaría en consecuencia medidas espejo.
Trump ha advertido que si China aplica represalias por las restricciones de Estados Unidos, éste responderá con aranceles adicionales sobre un comercio de 200,000 millones de dólares y que si China responde con más represalias, fijará aranceles por otros 200,000 millones de dólares, lo que en conjunto sumaría impuestos a la importación por 450,000 millones de dólares.
«Las medidas estadounidenses están atacando esencialmente a las cadenas de valor y de suministro global. Para decirlo de manera simple, Estados Unidos está abriendo fuego contra todo el mundo, incluso contra sí mismo», agregó Gao. «China no se doblará ante las amenazas y chantajes y no cederá en su determinación de defender el libre comercio y el sistema multilateral».
Aunque hubo otros antecedentes, las recientes tensiones comenzaron cuando Estados Unidos anunció el 8 de marzo que fijaría aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional, y otorgó a 34 países exenciones, las cuales mantuvo a cambio de límites a través de cupos para los casos de Brasil, Argentina, Corea del Sur y Australia, mientras las extendió sólo hasta el 1 de junio para México, Canadá y las 28 naciones de la Unión Europea. Inicialmente, estas tarifas entraron en vigor el 23 de marzo.
En otra vertiente, después de los hallazgos de una investigación de la Sección 301 de Estados Unidos, los dos países han estado conversando por algún tiempo para abordar las preocupaciones estadounidenses sobre las prácticas comerciales chinas relacionadas con la tecnología. En esta línea están los aranceles estadounidenses por los 50,000 millones de dólares.
Por su todo ello no fuera poco, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, inició una investigación sobre si las importaciones de automóviles, camionetas, autopartes y camiones livianos representan una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que podría concluir en la fijación de aranceles globales a esos productos.