Las reglas de origen en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se acoplaron a los cambios tecnológicos en los procesos productivos realizados en la industria química de América del Norte, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
En el sector químico, las reglas específicas se flexibilizaron y son más claras para el usuario, atendiendo las necesidades de la industria.
Así, se incluyeron reglas de origen alternativas relativas al cumplimiento de ciertos procesos químicos para conferir origen, tales como: reacción química, purificación, mezclas, cambio en tamaño de partícula, estandarización de materiales, separación de isómeros y procesos biotecnológicos.
El T-MEC estableció cambios en las reglas de origen sobre todo en tres sectores en los que se requería su actualización o en los que las partes interesadas mostraron interés de modificar, además de los relacionados con la industria automotriz.
Un segundo sector en el que se modificaron las reglas fue el de manufacturas de vidrio, productos de titanio, productos intensivos en acero y fibra óptica. Estos cambios tuvieron como objetivo fomentar la utilización de insumos de la región.
Finalmente, hubo cambios en las reglas para televisiones y manufacturas eléctricas, los cuales se pactaron, según la consultoría Iqom, para simplificar y flexibilizar las reglas de origen a fin de permitir el abasto global de insumos.
Reglas de origen y consenso
En la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no se negociaron todas las reglas de origen específicas, incluidas en el actual Anexo 401, sino que se concentraron en ciertos sectores o productos.
Las reglas de origen del TLCAN se han modificado periódicamente en el pasado para reflejar los cambios en las prácticas de producción de la industria y los patrones de abastecimiento, así como para garantizar la coherencia después de las enmiendas periódicas a la Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías de la Organización Mundial de Aduanas (OMA).
El T-MEC comprende 34 Capítulos, mientras que el TLCAN está integrado por 22 Capítulos. Esta ampliación en su contenido se debe a que el T-MEC tiene un mayor alcance, al incluir Capítulos nuevos como comercio electrónico, competitividad, PYMES, telecomunicaciones, anticorrupción, entre otros.