Seis economías han solicitado informalmente sumarse al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por su sigla en inglés): Indonesia, Corea del Sur, Filipinas, Taiwán, Tailandia y Reino Unido.
Además de esas economías, Colombia es el único país que ha solicitado de manera formal su ingreso al CPTPP, también llamado TPP-11.
La mención específica al territorio aduanero tiene como destinatario evidente e inmediato a Taiwán, según fuentes citadas por el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques.
Al CPTPP lo conforman Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam. Este pacto comercial sería un vehículo para promulgar gran parte del TPP, firmado por estos países y Estados Unidos en febrero de 2016, del cual el presidente estadounidense, Donald Trump, retiró a su nación en enero de 2017.
En enero de este 2018, durante su participación en la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos, el presidente Trump señaló que reconsideraría su decisión inicial de retirarse del instrumento y buscaría eventualmente volver a él si el nuevo acuerdo probaba ser “sustancialmente mejor”.
México fue el primer país en ratificar el también llamado TPP-11. El gobierno japonés pretende ratificar el CPTPP en la legislatura de la Dieta actual que finaliza a fines de junio, mientras que el gobierno de Nueva Zelanda considera concluir la ratificación antes de que finalice 2018.
En esta semana, Indonesia informó que tiene la intención de formar parte de este pacto comercial. «Si el TPP no tiene aranceles, e Indonesia aún paga aranceles; entonces no es fácil para los productos indonesios competir en el mercado», dijo Jusuf Kalla, vicepresidente del país, en un foro organizado en Tokio, Japón, por la empresa Nikkei. «Es por eso que nuestra intención es unirnos».
Indonesia es la nación más grande del sudeste asiático y el país de mayoría musulmana más poblado del mundo. Su tamaño y su vitalidad económica han llevado a algunos observadores a describir a Indonesia como un «estado oscilante» global cuya voz tendrá una influencia desproporcionada en los debates mundiales sobre cuestiones como la liberalización del comercio y la inversión, la no proliferación, la seguridad marítima y los derechos humanos.