La Administración del presidente Donald Trump instó al Congreso a aprobar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“(El T-MEC es) un nuevo régimen comercial para América del Norte que tratará a los trabajadores y negocios estadounidenses mucho mejor que al anticuado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, dijo la Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR, por su sigla en inglés).
Este posicionamiento forma parte de la Agenda de Política Comercial para 2019, un documento elaborado por la USTR.
En primer lugar, en 2018, el gobierno estadounidense dijo que la Administración cumplió la promesa de campaña del presidente Trump de renegociar el TLCAN.
Expuso que en las más de dos décadas desde su entrada en vigor, el TLCAN “se ha quedado obsoleto y no ha logrado entregar los beneficios esperados”.
En conclusión, el 30 de noviembre de 2018, Estados Unidos, Canadá y México firmaron el T-MEC, que reemplazará el TLCAN, reequilibrará las relaciones comerciales de Estados Unidos con Canadá y México y “servirá mejor”, según el USTR, a los intereses de los trabajadores y agricultores, ganaderos y empresas estadounidenses.
Negociación veloz
Al igual que con Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Corea del Sur (KORUS, por su sigla en inglés), estas negociaciones tuvieron lugar a una velocidad sin precedentes: las negociaciones comenzaron en agosto de 2017 y finalizaron en septiembre de 2018.
“El T-MEC proporciona evidencia adicional del apalancamiento disponible para las negociaciones comerciales de los Estados Unidos, cuando decidimos utilizarlo. Una de las principales prioridades de la Administración en 2019 es obtener la aprobación del Congreso del T-MEC”, añadió la USTR.
El tratado otorga más prioridad a los intereses de los trabajadores estadounidenses que cualquier otro acuerdo previo firmado por los Estados Unidos. No es simplemente un nuevo acuerdo comercial, destacó la USTR, es un nuevo paradigma para futuros acuerdos.
De hecho, completó, el T-MEC es el acuerdo comercial más avanzado jamás negociado por los Estados Unidos en temas clave como el trabajo, la protección del medio ambiente, la moneda, la propiedad intelectual y el comercio digital.