El Banco Central Europeo (BCE) espera que la inflación en la Zona Euro aumente aún más durante los próximos meses y disminuya nuevamente el próximo año.
Entretanto, la inflación de la zona del euro fue de 1.9% en junio.
Hasta ahora, el aumento está siendo impulsado en gran parte por los precios de la energía más altos y por los efectos básicos de la fuerte caída de los precios del petróleo al comienzo de la pandemia y el impacto de la reducción temporal del IVA en Alemania el año pasado.
A principios de 2022, proyecta el BCE, el impacto de estos factores debería desaparecer a medida que se salgan del cálculo de la inflación interanual.
A corto plazo, la importante holgura de la economía está frenando las presiones inflacionarias subyacentes.
Desde la perspectiva de este banco central, una demanda más fuerte y presiones temporales de costos en la cadena de suministro ejercerán cierta presión al alza sobre los precios.
Pero acotó que el débil crecimiento de los salarios y la anterior apreciación del euro significan que es probable que las presiones sobre los precios se mantengan moderadas durante algún tiempo.
Inflación en la Zona Euro
Aún queda camino por recorrer antes de que se eliminen las consecuencias de la pandemia sobre la inflación.
A medida que la economía se recupera, respaldada por las medidas de política monetaria del Consejo de Gobierno, se espera que la inflación aumente a medio plazo, aunque se mantenga por debajo del objetivo del BCE.
Si bien las medidas de las expectativas de inflación en la Zona Euro a más largo plazo han aumentado, siguen estando a cierta distancia del objetivo de 2% del BCE.
Evaluación de riesgos
El Consejo de Gobierno considera que los riesgos para las perspectivas económicas están equilibrados en términos generales.
La actividad económica podría superar las expectativas del BCE si los consumidores gastan más de lo que se espera actualmente y aprovechan más rápidamente los ahorros que han acumulado durante la pandemia.
Una mejora más rápida de la situación de la pandemia también podría conducir a una expansión más fuerte de la que se prevé actualmente.
Pero el crecimiento podría estar por debajo de las expectativas si la pandemia se intensifica o si la escasez de suministro resulta ser más persistente y frena la producción.