La Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA) pidió al gobierno de su país proponer cupos permanentes para poder exportar carne de pollo y cerdo de Brasil a México, como parte de la renegociación del Acuerdo de Complementación Económica Número 53 (ACE 53) entre ambos.
“Queremos tener una oferta complementaria a las necesidades de México”, dijo Ricardo Santin, vicepresidente de mercado de la ABPA.
México importó 47,148 toneladas de carne de pollo de Brasil en el primer semestre del 2017, un alza interanual de 17.4%, como parte de un cupo unilateral que la Secretaría de Economía abrió, libre de arancel, por 300,000 toneladas anuales desde mayo del 2013.
Ayer, la Secretaría de Economía de México informó que del 29 al 31 de agosto se llevará a cabo en la Ciudad de México la Séptima Ronda de Negociaciones para la Ampliación y Profundización del ACE 53 entre México y Brasil.
Ildefonso Guajardo, titular de la secretaría, ha mencionado que una de las alternativas de México para hacer frente a una eventual salida del Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte es fortalecer sus lazos comerciales y de abastecimiento con otros socios de la región latinoamericana.
Ricardo Santin indicó que no hay riesgo de que las exportaciones brasileñas de carne de pollo se incrementen súbitamente, aduciendo que Brasil aportó cerca de 16% del cupo, porque sólo esa cantidad demandó el mercado mexicano.
“Brasil tiene un interés muy grande”, comentó Blairo Maggi, ministro de Agricultura de Brasil, en relación con la apertura del sector primario de México en el ACE 53, en cuya próxima reunión, a realizarse la semana entrante, se intercambiarán listas sobre la desgravación propuesta de productos.
En tanto, la ABPA informó que las exportaciones brasileñas de carne se han regularizado tras la Operación Carne Débil, que se reveló el 17 de marzo y en la que la Policía Federal de Brasil investigó algunas de las empresas de procesamiento de carne más grandes del país.
La operación detectó que se cambiaron fechas de caducidad y se falsificaron documentos de productos cárnicos que exportaba Brasil, los cuales pudieron, o no, estar echados a perder, dado que el vencimiento de las fechas de caducidad no implica necesariamente ello.
Francisco Turra, presidente de la ABTA, dijo que este caso no está relacionado con la calidad general de la carne de Brasil, sino con personas que cometieron un delito. “Fue bastante duro, bastante terrible”, lamentó, tras estimar que en unas tres semanas el país dejó de exportar unas 145,000 toneladas por un valor de alrededor de 300 millones de dólares.
De los 46 países que inicialmente cuestionaron la calidad de la carne de Brasil, siete permanecen cerrados (San Vicente y las Granadinas, República del Congo, Mozambique, Santa Lucía, Trinidad y Tobago, Benín y Argelia), y representan sólo 0.4% de las exportaciones totales de carne de aves y cerdo.
“No fue una falla generalizada”, enfatizó Maggi, quien agregó que se está ultimando un nuevo modelo de fiscalización para garantizar, con más transparencia, la sanidad de la carne.
“Nunca fue un problema de calidad de la carne en general, sino de imagen”, concluyó Santin. Hasta ahora, sólo dos personas vinculadas con la Operación Carne Débil fueron encarceladas y están ya libres.