El Ministerio de Agricultura de Brasil suspendió la producción de tres plantas de procesamiento de alimentos en Brasil, luego de que ordenara lo mismo a otras tres, como parte de una investigación sobre venta de carne en descomposición y de inspecciones falsas.

El gobierno brasileño realiza una auditoria a 21 plantas de carne, a las que no se les permite exportar productos, aunque sí pueden vender para el mercado interno.

Como parte de esta investigación, el Ministerio de Agricultura recogió 174 muestras de los productos fabricados y elaboró 12 informes técnicos, tras lo cual dijo que no detectó “ningún tipo de anormalidad que haga mal a la salud humana”.

Las tres primeras plantas suspendidas fueron en Mineiros, Curitiba y Jaraguá do Sul. Las siguientes tres unidades: Souza Ramos, SSPMA y Sapopemba.

Mientras la investigación prosigue, el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, reconoció en una conferencia de prensa que Brasil tendrá dificultades para recuperar su participación en el mercado mundial, luego de que la confianza en la carne brasileña fuera afectada por este escándalo.

A mediados de marzo, la Policía Federal brasileña reveló los resultados de la Operación «Carne Débil» (Carne Fraca, en portugués) y confirmó la adulteración y «maquillaje» de carne bovina y aviar en mal estado por parte de varias empresas.

La Policía Federal brasileña puso en marcha una operación para desmantelar una trama de corrupción que involucraba a procesadoras de carne e inspectores agropecuarios del Ministerio de Agricultura y que autorizaba la comercialización de productos que no cumplían las normas de calidad o que, incluso, estaban caducados o podridos.