Durante los últimos meses, se observó una mejoría en el índice sobre la capacidad de transporte mundial, que a su vez se refleja en una disminución en los costos de transporte.
Aunque estos costos mostraron un incremento desde el escalamiento de las tensiones entre Rusia y Ucrania.
Así, de acuerdo con el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) de México, los niveles observados aún presentan una desviación significativa con respecto a los niveles prepandemia.
Índice de capacidad de transporte mundial
En 2021, la apertura permitió una recuperación acelerada en el consumo de mercancías y una recomposición de la demanda hacia servicios intensivos en contacto físico.
A esto se suma el efecto de las políticas fiscales expansivas implementadas por diversas economías desde 2020.
Transporte mundial
El aumento de la demanda se conjuntó con un desbalance de la oferta ocasionado por interrupciones en las cadenas de suministro, la escasez de mano de obra en algunos puertos y fábricas por los contagios por Covid-19 y el aumento de los costos de transporte marítimo.
En ese contexto, la inflación general de muchos países superó los niveles registrados en la última década.
Puntualmente, en sus expectativas económicas de enero de 2022, el FMI estimó que la inflación anual de 2021 para economías avanzadas se ubicó en 3.9%, su mayor nivel en 30 años, mientras que en las economías emergentes lo hizo en 5.9%, su mayor nivel en 10 años.
Para entender los efectos de mediano y largo plazo de la pandemia, dada la naturaleza compleja del choque de Covid-19, el CESF expuso que es importante considerar que se podría registrar un impacto en el nivel de producción potencial de los países.
Por un lado, los sectores intensivos en capital podrían tener una mayor afectación, ya que partes del acervo de capital podrían quedar obsoletos próximamente.
Destaca el caso de la industria de transporte aéreo, la cual disminuyó considerablemente su operación en 2020 y se ha ido recuperando paulatinamente.
Por otro lado, las necesidades de consolidación de las finanzas públicas posteriores a la recesión, combinadas con las difíciles perspectivas financieras de las empresas, pueden contribuir a un período prolongado de inversión insuficiente.
Además, el CESF considera que se podría registrar un impacto negativo en el PIB potencial por medio de la oferta laboral.
Desde su perspectiva, el mayor efecto se verá en los sectores intensivos en mano de obra, como los servicios de alojamiento y preparación de alimentos, así como en los servicios de entretenimiento y recreación.
No obstante, dada la naturaleza del choque en cuestión, que difiere de una crisis financiera, prevalece la incertidumbre respecto a los efectos que podrían observarse en el mediano plazo sobre la actividad y su impacto sobre el producto potencial.