Una de las principales ventajas no basadas en el mercado que reciben la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex frente a las empresas privadas en México está relacionada con el acceso al capital, destacó el Departamento de Estado (DOS, por su sigla en inglés) en un informe anual sobre las inversiones.
Además de recibir apoyo presupuestario directo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ambas entidades también reciben garantías crediticias implícitas del gobierno federal.
De esta manera, agrega el DOS, ambas pueden tomar fondos prestados en los mercados públicos por debajo de la tasa de mercado que sus perfiles de riesgo corporativo normalmente sugerirían.
Además del apoyo presupuestario, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Secretaría de Energía (Sener) han retrasado o detenido los permisos necesarios para las nuevas estaciones de servicio del sector privado, las terminales de combustible, las importaciones de combustible y las centrales eléctricas, lo que supone, de acuerdo con el DOS, una ventaja adicional no relacionada con el mercado para la CFE y (Petróleos Mexicanos) Pemex.
CFE
Los generadores independientes de energía fueron autorizados a operar en 1992, pero estaban obligados a vender su producción a la CFE o utilizarla para autoabastecerse.
El DOS afirma que esos contratos de autoabastecimiento heredados han sido criticados con una ley de reforma eléctrica y una propuesta de enmienda constitucional que da al gobierno la capacidad de cancelar los contratos que considere fraudulentos.
En virtud de la reforma de 2013, los generadores privados de energía pueden ahora instalar y gestionar las interconexiones con la infraestructura de distribución estatal existente de la CFE.
También la reforma de 2013 obligó al gobierno a implementar un Programa Nacional para el Uso Sustentable de la Energía como estrategia de transición para fomentar el desarrollo de tecnologías y combustibles limpios y reducir las emisiones contaminantes.
La administración ejecutiva ha identificado el aumento de la generación de energía propiedad de la CFE como su principal prioridad para la empresa, rompiendo con la práctica reciente de la empresa de contratar a empresas privadas para construir, poseer y operar instalaciones de generación.
