Altos funcionarios del gobierno de China han omitido en sus recientes declaraciones hacer referencias a la Ley del talión en la guerra comercial que enfrenta su país con Estados Unidos.
El portavoz del Ministerio de Comercio, Gao Feng, dijo que el gobierno tomará medidas «necesarias» frente a la lista que Estados Unidos publicó de productos importados de China por 200,000 millones de dólares anuales a los que les impondría un arancel de 10%, como resultado de las represalias comerciales establecidas por el gobierno del presidente chino, Xi Jinping, sobre mercancías estadounidenses.
Ley del talión es la denominación tradicional de un principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido, obteniéndose la reciprocidad. La expresión más conocida de la ley del talión es el pasaje bíblico «ojo por ojo, diente por diente».
Hace un mes, en respuesta a otros aranceles estadounidenses, el Ministerio de Comercio de China replicó: «Introduciremos inmediatamente medidas arancelarias de la misma escala y fuerza. Todos los resultados de las negociaciones previamente alcanzadas por las dos partes serán inválidas».
El miércoles, el viceministro de Comercio de China, Wang Shouwen, dijo que «cuando tengamos un problema comercial, deberíamos hablar sobre ello.»
Raúl Feliz, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), destacó que el actual contexto es un espejo de cómo han iniciado las guerras comerciales en el mundo,
“Hasta ahora, se han aplicado medidas relativamente pequeñas frente al tamaño de la economía global, pero así comenzaron todas las guerras comerciales, con el escalamiento de represalias y el riesgo de provocar una recesión mundial”, dijo.
Feliz expuso que la experiencia histórica ha enseñado que las guerras comerciales van en contra de los propios países que las propician. “Nadie gana, es un mal diseño de política”, añadió a mediados de junio.